La hermana Gloria Narváez, quien durante cuatro años y ocho meses estuvo secuestrada por terroristas islámicos, afirmó que pudo soportar ese momento de prueba gracias a la interiorización de la Palabra de Dios, el rezo del Rosario y la proclamación de los salmos.
En declaraciones a ACI Prensa, la religiosa colombiana recordó que no tenía una Biblia a la mano durante su cautiverio; sin embargo, en el silencio del desierto africano "interiorizaba la Palabra de Dios" y recitaba algunos versículos del Evangelio y salmos.
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"Los tenía en mi boca y en mi corazón, y con eso me alimentaba durante todo el día, en los momentos de peligro. El Santo Rosario, la confianza en la Virgen María, que desarmaba a los terroristas en los momentos de peligro", afirmó.
La hermana Gloria dijo que en esos casi cinco años pudo vivir la experiencia del amor de Dios en todo momento y que los salmos la fortalecieron.
"En las noches rezaba el salmo 91, 'al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno, a la sombra del Omnipotente'. En la mañana siempre proclamaba 'el Señor es mi luz y mi salvación', o también decía 'Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo para contemplar tu poder y tu gloria, tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios".
"También –continuó–, 'levanto los ojos a los montes, ¿de dónde vendrán el auxilio?, el auxilio me viene del Señor que hizo el Cielo y la Tierra. No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el guardián de Israel".
"Qué peligro iba a temer, qué miedo iba a tener, si Dios guardaba de mí, si Él estaba conmigo, y 'el Señor es mi pastor, nada me falta'", expresó.
La religiosa, de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, fue raptada el 7 de febrero de 2017 en Koutiala (Mali) por el Frente de Apoyo para el Islam y los Musulmanes (SGIM), vinculado a Al Qaeda, y estuvo secuestrada hasta su liberación en octubre de 2021.
En un diálogo con ACI Prensa, la hermana Gloria dijo que, al no tener noción de las semanas, no sabía en qué tiempo litúrgico se encontraba. "Me decía 'tal vez estamos en Navidad, vamos a rezar el Rosario de los misterios gozosos, puede ser que vivamos la Semana Santa, voy a acompañar a la Iglesia con este vía crucis'".
La hermana Gloria siguió un proceso de sanación espiritual y física, y ahora da su testimonio en varios países en eventos a favor de los cristianos perseguidos, organizados por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
"El escribir mi experiencia y orarla ante Jesús Eucaristía ha sanado mi vida", afirmó la religiosa, y expresó que "es una grandeza poder recibir a Jesús" en la hostia consagrada "porque el ayuno eucarístico que yo viví en el desierto me marcó tan fuerte".
La hermana Gloria Narváez compartió su testimonio en Bogotá, Medellín, Rionegro, Girardota y Caldas en el marco de la Red Week, (Semana Roja) que cada noviembre lleva adelante ACN para concientizar sobre la persecución que padecen los cristianos en diferentes partes del mundo.