Un sacerdote católico hizo un llamado a orar por todos los fallecidos más allá de su fe, después que se anunciara la muerte del cantautor Pablo Milanés, ícono de la Nueva Trova y antiguo defensor de la Revolución cubana.
El autor de clásicos como "Yolanda" y "Yo no te pido" murió en la madrugada del 22 de noviembre a los 79 años, después de estar hospitalizado en Madrid por más de una semana debido al cáncer de sangre que padecía, informaron medios oficiales.
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Pablo Milanés es fundador y artífice del sonido de la Nueva Trova, nacida en la década de 1960, junto a otros reconocidos músicos como Silvio Rodríguez y Noel Nicola.
Ha lanzado más de 40 discos a lo largo de su carrera y obtuvo, entre otros, el Premio Nacional de Música de Cuba y el Grammy Latino a la Excelencia Musical.
En entrevista con ACI Prensa, el P. Eduardo Llorens, sacerdote jesuita de La Habana, hizo un llamado "a orar por todas las personas fallecidas, independientemente de que expresaran en público su fe".
"Pablo Milanés fue una figura importante para la cultura y su obra ha marcado a generaciones de cubanos. Lo anterior, más allá de sus posiciones y algunas de sus canciones en una época concreta", expresó el también Director Nacional de la Red Mundial de Oración del Papa y encargado del Sector Espiritualidad.
El sacerdote, que colabora en la parroquia San Miguel del Padrón, pidió no olvidar que Milanés "fue miembro fundador del Movimiento de la Nueva Trova, cuya función era mediante la música, hacer propaganda a la Revolución cubana".
"Todo esto alcanzó su mayor apogeo al formar parte del Grupo de Experimentación Sonora del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC)", agregó.
En los últimos años, Pablo Milanés se convirtió en una de las figuras de la música cubana que más criticó al régimen castrista y a su represión contra los disidentes.
"Hay que reconocer que a partir de los años 90 del pasado siglo, él se desmarcó tanto en su obra como en sus declaraciones, de todo lo que tuviera que ver con alabanzas y propaganda al régimen de La Habana", explicó el P. Llorens.
Agregó que la actitud de Pablo Milanés "en los últimos años aumentó la simpatía y el reconocimiento del pueblo cubano hacia su persona, no así de los funcionarios gubernamentales que dejaron de mostrar el afecto que tuvo en otros años ante los mismos".