Jason David Frank, actor de 49 años que dio vida a al Power Ranger verde original, murió el fin de semana en circunstancias que no son del todo claras, aunque algunos medios hablan de suicidio. Tras lo ocurrido, un sacerdote ofrece un mensaje de fe y esperanza en la vida eterna.
El actor, que encarnó a Tommy Oliver en la serie original de los Mighty Morphin Power Rangers de 1993, murió el domingo en el estado de Texas en Estados Unidos. De acuerdo a fuentes citadas por TMZ, se habrá suicidado.
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En la primera temporada de la serie que muestra a estos jóvenes que defendían a la tierra ante el peligro de la invasión extraterrestre, Jason David Frank fue el Power Ranger Verde, para luego convertirse en el Power Ranger Blanco. Estuvo en total tres temporadas.
Jason David Frank era además un luchador profesional que conocía de varias artes marciales como el taekwondo y el judo.
Jason David Frank. Crédito: Luigi Novi (CC BY 3.0)
Un mensaje de fe y esperanza
El P. Antonio María Domenech Guillén, sacerdote español de la Diócesis de Cuenca, dijo a ACI Prensa que en estos días "es común, mucho más de lo que nos parece que se está perdiendo la esperanza".
"Tenemos fe, pero ese convencimiento de que Dios vela sobre nosotros con una promesa de vida mucho más entrañable e inmensa de lo que podamos pensar, eso que podríamos llamar esperanza de la vida eterna, ya comenzada en esta tierra, casi se ha perdido", aseguró el sacerdote español.
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Como consecuencia, "hemos dejado también la caridad necesaria para considerar que nuestro amor, es curativo y sanador para los demás. Hemos temido el amor puro del Señor, al no ver a Dios en el hermano".
En ese sentido, alertó el P. Domenech, "una sociedad sin esperanza y amor está abocada a la involución absoluta, a la desaparición".
La vida verdadera
El sacerdote dijo también a ACI Prensa que "los valores desmesurados en defensa del ecosistema por encima de la vida, las reuniones espirituales por encima de los encuentros con Cristo vivo; esperar más de un animal que de una persona, no llevan por buen camino a nuestro tiempo".
Por ello resaltó la urgencia de "dejar de llenar la vida de cosas, y empezar a llenar las cosas de vida, pero de la vida verdadera del Espíritu Santo".
"A Él, encomiendo a todas aquellas personas que sufren, por su situación o heridas pasadas, para que las vaya sanando, y sean conscientes de que su Amor es, también, reconfortante para los demás. Así puede ayudar cualquiera a que la vida tenga sentido".
El P. Domenech recordó al sacerdote jesuita y beato español Tiburcio Arnáiz, que solía decir que "en el camino de darse a los demás, solo cuesta el primer paso".
"No dejemos de intentarlo", exhortó el sacerdote.
Para concluir, el sacerdote exhortó: "Tú que me lees puede ayudar a quién no tenga paz, ni siquiera ilusión por vivir. Háblale a Dios de esas personas, y después, habla de Dios a todas ellas. La paz".