El P. Jesús Silva, sacerdote de la Arquidiócesis de Madrid licenciado en Teología Patrística, respondió a la pregunta sobre ¿por qué la Iglesia Católica opina sobre sexo?
En un video publicado en sus redes sociales, el sacerdote dijo que "esta pregunta es interesante, porque se basa en una inmensa falacia que es pensar que la Iglesia solo tendría que hablar de determinados temas".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Jesucristo ha venido para anunciar un Evangelio, que es una buena noticia: que somos hijos de Dios. Jesucristo revela quién es Dios y quién es hombre", subrayó el P. Silva.
Esta realidad, continuó, afecta "al hombre en su integridad: cuerpo, alma y espíritu. Y por eso Jesucristo ha venido a decirnos cuál es el modo correcto de vivir para ser semejantes a Él, ser felices y merecer el Cielo".
En ese sentido, eso "afecta todos los aspectos de la vida, desde lo social hasta lo político, lo personal y lo moral, incluyendo lo sexual, ya que lo sexual tiene una dimensión moral".
"La Iglesia, con la Tradición a cuestas, el Magisterio y la Revelación de las Sagradas Escrituras, puede iluminar perfectamente la verdadera humanidad del sexo y cómo Dios lo ha querido", subrayó el sacerdote.
Por ello, concluyó el P. Silva, "tenemos esa autoridad e incluso el deber de iluminar, desde la verdad, toda la realidad humana, también el sexo muchacho, que no hacer falta tener nada para saber".
¿Por qué la Iglesia opina sobre sexo?https://t.co/cCIhPLGYPW
- Jesús Silva (@elpadrejesus_) November 15, 2022
¿Qué dice la Iglesia Católica sobre la sexualidad?
La enseñanza de la Iglesia Católica sobre la recta sexualidad está contenida en los numerales que van del 2331 al 2400 del Catecismo, donde se recuerda que Dios crea al hombre y a la mujer, a imagen y semejanza suya, para que vivan en comunión de amor; que se expresa de modo pleno en el matrimonio.
En esta sección se explica la importancia de la castidad en la vida de todo bautizado, que orienta a la persona a la integración de la sexualidad y a la unidad en su ser corporal y espiritual.
La castidad y el dominio de sí orientan a la persona al amor.
El Catecismo establece que son ofensas a la castidad la lujuria o el deseo desordenado de placer sexual; la masturbación, la fornicación, que son las relaciones sexuales fuera del matrimonio; la pornografía, la prostitución y la violación.
Asimismo se explica que la homosexualidad no es pecado pero sí lo son las prácticas o relaciones homosexuales; que son descritos como "intrínsecamente desordenados".
También se señala la importancia del amor de los esposos, que debe estar marcado por la fidelidad y la fecundidad; cuyo fruto es el don de los hijos.
El Catecismo indica además que el adulterio, el divorcio, la unión libre y el incesto son ofensas al matrimonio.