El Papa Francisco pidió a las mujeres compartir con los hombres una importante enseñanza, algo que consideró que hacen mejor.
Al recibir a la comunidad del Pontificio Colegio Nepomuceno, el Santo Padre centró su reflexión en el testimonio de San Juan Nepomuceno, sacerdote mártir del secreto de confesión, que es también protector de los puentes porque fue lanzado desde uno a un río en 1393, luego de ser torturado.
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"Un modo apropiado de honrar su memoria es el de buscar, en la vida concreta, construir puentes allí donde hay divisiones, distancias, incomprensiones, para ser nosotros mismos puentes, instrumentos humildes y valientes de encuentro, de diálogo entre las personas", explicó el Papa Francisco.
El Santo Padre resaltó que si bien esto hace parte de la vida de los ministros ordenados, en su opinión "esto lo hacen mejor las mujeres: hacer puentes, porque una mujer sabe más que los hombres cómo hacerlo".
Dirigiéndose luego a las mujeres presentes, el Santo Padre dijo: "Y ustedes, ¡enseñen a los hombres cómo se hacen los puentes!".
Esto, continuó el Papa, "no se hace sin oración. Los puentes se construyen a partir de eso, de la oración de intercesión: día a día, tocando con insistencia el corazón de Cristo se ponen las bases para que dos bandos enemigos y distantes puedan volver a comunicarse".
El Papa Francisco destacó luego que "Jesucristo es el puente y Él es Pontífice, nuestra paz y quien ha venido a derribar los muros de la enemistad".
El Santo Padre alentó también a "huir de la tentación del protagonismo mundano. Por favor, el Señor nos quiere a todos servidores, hermanos y hermanas, no 'prima donas' o primeros actores, no protagonistas, y a veces protagonistas de historias tristes y mediocres. No".
"El Señor nos quiere luchadores. Huyamos de la tentación del protagonismo mundano que con frecuencia nos acecha con causas nobles. Para cada uno de nosotros vale siempre el lema de Juan Bautista: 'Él debe crecer y yo disminuir'", aseguró el Papa Francisco.