El Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Antonio Cañizares, se refirió a la decisión del Gobierno de suspender la aplicación de la LOCE sin comunicarse con la Iglesia Católica y afirmó que la medida supone un “retroceso en el terreno educativo y en el desarrollo de los derechos y libertades” en el país.
En una entrevista al diario La Razón, el Prelado explicó que “ni ha habido ninguna comunicación, que yo sepa, ni ha existido ningún diálogo. Es una decisión que el Ejecutivo adopta por sí mismo sin que haya podido expresar su parecer la Conferencia Episcopal, ni siquiera ante el Consejo de Estado donde ha solicitado personarse”.
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Además –agregó el Arzobispo–, “a la Santa Sede o a la Conferencia Episcopal no se le ha consultado, cuando algunas de las disposiciones de este Decreto afectan a materia que regulan los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado Español”.
Mons. Cañizares resaltó que “suspender la aplicación de la LOCE –Ley Orgánica de Calidad de la Educación– en esta materia supone un retroceso en el terreno educativo y en el desarrollo de los derechos y libertades en España. Estimo que lo que se había legislado en la LOCE se ajusta completamente al mandato constitucional y cumple con el Acuerdo Cultural de 1979 entre el Estado y la Santa Sede”.
“Mientras no se me demuestre lo contrario –añadió–, lo legislado en la LOCE se ajusta a los principios de igualdad y de libertad religiosa, no entraña discriminación ni privilegios, respeta el derecho a la libertad de enseñanza y a ser educado conforme a las propias convicciones morales y religiosas, respeta así mismo escrupulosamente los Acuerdos Internacionales. Y lo que no podemos olvidar: garantiza por completo lo que ese 75 por ciento de padres, en este último curso, como media de todos los niveles educativos, han pedido en continuidad total con los veinte años anteriores”.
El Prelado expresó que “tengo una valoración positiva de la norma establecida en la LOCE sobre la enseñanza de la religión. La creación del área de ‘Sociedad, Cultura y Religión’ ha supuesto un avance en el ejercicio de la libertad religiosa, y su desarrollo es conforme a la legalidad”.
“En consecuencia –continuó–, es evidente el juicio que merece su suspensión. Insisto en que si la Conferencia ha estado de acuerdo con la forma en que se ha regulado la presencia de la Religión en el currículo escolar, ahora no puedo decir algo distinto o contrario”.
Por otro lado, el Arzobispo explicó que la suspensión de la LOCE implica que “volvemos a los decretos de 1994 en cuanto a la no evaluación de la enseñanza religiosa en los casos anunciados y a sus alternativas, vacías de contenido y sin valor académico alguno”.
Finalmente, el Primado de España resaltó que “la Religión es una materia de enseñanza, como el resto de las asignaturas, con la misma dignidad; que tiene, al menos –ciertamente más y más decisiva para la persona– tanta importancia como el resto de las materias fundamentales para el desarrollo pleno de la personalidad”.
“Además, cuando esa mayoría tan grande de ciudadanos la reclama, no piensa en una materia para el entretenimiento o para la esfera de lo privado, sino que quiere que sus hijos se formen como hombres cabales. En cualquier caso, si la Religión no es evaluable y la ‘alternativa’ por supuesto tampoco, la devaluación de la Religión es un hecho”, concluyó el Prelado.