El Superior General de los Frailes Albertinos visitó recientemente la ciudad de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, cuando un ataque ruso con misiles "alcanzó el barrio donde se encuentra la casa de la Congregación", destruyendo un edificio y causando la muerte de civiles.
Así informó el hermano Franciszek Grzelka, de la congregación polaca que pertenece a la familia franciscana, a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). El religioso visitó la ciudad para la entrega de suministros de ayuda a personas sin hogar y en situación de pobreza.
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"La última noche de nuestra visita presenciamos fuego directo de misiles. Entre las dos y las tres de la madrugada se produjeron unas 10 explosiones en el barrio donde se encuentra nuestra casa, algunas atronadoras", contó a ACN.
"Las ventanas y paredes de nuestra casa temblaron. Más tarde, supimos que un edificio de siete plantas situado en las inmediaciones fue destruido. Más de una docena de civiles murieron y hubo unos 50 heridos", agregó el religioso.
El Hno. Grzelka dijo que ese no fue el único ataque, sino que "hubo varias alarmas antiaéreas durante el día y la noche".
"Mis compañeros me informaron de que en los días previos a mi llegada bombardearon con misiles y drones el otro lado de la ciudad, donde se encuentra su comedor de beneficencia. Por fortuna, ninguno de los necesitados que acuden a comer resultó herido".
Según el Hno. Grzelka, a la distribución de suministros de ayuda en el centro de la ciudad, a la que asistió durante su visita, suelen acudir con regularidad unas 1.300 personas. La mayoría son mujeres con sus hijos, pero también acuden muchos hombres.
En Zaporiyia hay un numeroso grupo de desplazados provenientes de las zonas del sur de Ucrania ocupadas por las tropas rusas.
La ciudad fue objeto de crecientes ataques durante octubre, cuando las tropas rusas redoblaron los esfuerzos para tomar la planta de energía nuclear a más de 80 kilómetros al sur de la ciudad.
Aunque los ataques continúan, la labor de los frailes albertinos no ha disminuido y la distribución de alimentos, por ejemplo, ha ido reuniendo cada vez a más personas, señal del empeoramiento de las condiciones de supervivencia en la región.
"Realizamos transportes una vez al mes con dos camiones pequeños. Desde el comienzo de la guerra, el número de personas necesitadas ha aumentado mucho: antes, unas 150 personas utilizaban nuestros servicios, mientras que en mayo, ya eran 700 las personas que acudían a nuestro comedor y a la panadería", dijo el superior general.
El carisma de los albertinos es servir a los pobres, en especial a los sin techo, tratando de ayudarlos para que puedan "encontrar un nuevo sentido a sus vidas".
"Mientras sea posible, queremos permanecer cerca de la gente y actuar de acuerdo con nuestro carisma para ayudar a los necesitados, que en este momento son muchos", dijo el Hno. Grzelka.
La congregación, fundada en 1888 por San Alberto Chmielowski, cuenta con 34 frailes en seis casas en Polonia y Ucrania, y su casa madre está sita en Cracovia, Polonia. En Ucrania, la congregación está presente en Lviv y Zaporiyia.
ACN apoya desde hace varios años a esta congregación mediante la concesión de becas y suministros. También ofrece vehículos para labores asistenciales y también en el mantenimiento y reparación de sus edificios.