En medio del éxito mundial de la canción "Monotonía", de la cantante colombiana Shakira y el puertorriqueño Ozuna, expertos católicos reflexionan sobre las causas de las crisis y rupturas de parejas.
"Monotonía" es el segundo sencillo del próximo álbum de Shakira. Su letra, en la que se escucha "no fue culpa tuya ni tampoco mía, fue culpa de la monotonía", ha sido vinculada con el fin de la relación de 12 años de la cantante colombiana con el futbolista español Gerard Piqué.
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El video musical de la canción se lanzó el 19 de octubre, y en 24 horas superó las 20 millones de reproducciones en YouTube.
A la fecha tiene cerca de 91 millones de reproducciones en YouTube, y encabeza las listas en servicios musicales de América Latina.
Para la psicóloga Paola Meneses, "decir que una relación se ha terminado por la 'monotonía' es solo una manera de ver las cosas".
En esa situación, dijo a ACI Prensa, "no se toma la responsabilidad" necesaria para que una relación "se desarrolle sana y maduramente".
Meneses, que cursa el diplomado "Psicoterapia de la reconciliación" en el Centro Areté, explicó que "las relaciones afectivas están inmersas en un sinnúmero de situaciones que, si no se trabajan día a día, pueden generar desgaste y cargas emocionales".
Estas cargas, advirtió, "se acumulan" y "llevan a la ruptura".
Por su parte, la psicóloga Erika Rojas subrayó que es importante conocer las "expectativas al iniciar una relación".
"Por ejemplo, si esto es algo de lo que estoy esperando: ¿Quiero que sea el otro el que me haga feliz? ¿Cuánto tiempo funcionará, solo mientras me sienta bien? ¿Podré hacer que el otro cambie su forma de ser?", dijo Rojas, certificada en "Psicoterapia de la reconciliación" en el Centro Areté.
"Estas y muchas otras son las ideas que tengo cuando transito el terreno de las relaciones sentimentales, pero no todas estas creencias son válidas a la hora de la verdad", advirtió.
"Cargamos en el otro la tarea de hacernos felices, pero la realidad es que esto no es cierto, la pareja no tiene el poder de hacernos felices ni infelices", subrayó.
Rojas señaló que "lo recomendable allí es asumir la responsabilidad de darle sentido a la propia vida y así comprometerse, en libertad, con aquel con quien se ha elegido compartir una vida juntos".
Ambas coincidieron en que "la falta de comunicación, la no asertividad, el no validar los sentimientos y no expresar las emociones, ni el dolor que cada uno dentro de la pareja tiene, son signos de que no se ha establecido el nivel necesario de confianza y de madurez que una relación a largo plazo requiere".
"Así mismo, esta falta de comunicación lleva a asumir una actitud pasiva frente a los problemas, dejando que estos aumenten, creando un mayor distanciamiento emocional de la pareja", señalaron.
Erika Rojas explicó que frente a una crisis de pareja "comenzar la evaluación buscando culpables es una actitud que no contribuye a la relación".
"Es más sano y recomendable que cada parte asuma con responsabilidad y compromiso su parte en el vínculo que se establece, lo cual hace que se recalque nuevamente la importancia de la comunicación", indicó.
Rojas remarcó la importancia de "mantener vivos los recuerdos, los detalles, celebrar las fechas importantes, recordar que fue lo que me enamoro del otro".
"El alimento de la vida en pareja es el amor, y solo alimentando esa fuente cada día es posible mantener encendida la llama que une, que acompaña, que soporta, que acepta, que espera", dijo.
Paola Meneses Tamayo indicó que "entender el significado del amor en pareja, resulta siendo otra base de prioridad para una relación".
"El amor, además de ser un sentimiento, conlleva una decisión personal y que junto con la pareja se cultiva diariamente, para evitar las relaciones tóxicas, poco saludables y que generan dependencia emocional con la pareja", subrayó.
Meneses Tamayo advirtió que en "una relación donde se entrega todo, pero del otro lado no hay una reciprocidad, podría representar una dependencia emocional".
"Es por esto que iniciar una relación sin sanar primero las heridas afectivas hace que se busque relaciones de dependencia que llenan esos vacíos, pero que al final resultan en relaciones, inestables, con infidelidades, sin amor propio y egoísmos".
Las psicólogas católicas resaltaron que "el amor empieza cuando se es capaz de trascender el yo y pasar al nosotros. Hay que buscar el balance perfecto entre no dejar de ser yo, pero renunciar a lo que en mí no contribuye a un proyecto juntos".
José Manuel Menegazzo, director ejecutivo del Instituto Juntos por la Vida (JUVID), coincidió en la importancia del "compromiso de ambos".
Unir "historias, cultura, familia, ideas y proyectos distintos, puede ser una tarea titánica", dijo.
"Sin buena comunicación, sin capacidad de sobrellevar los cambios de la vida y sin compromiso, tarde o temprano, la monotonía llegará a la pareja y, como dice la canción: de lo que antes había, ya no quedará nada y lo que un día fue increíble, se volverá solo una rutina".
Menegazzo, que cursa una maestría en Teología del Cuerpo, expresó además que "el mejor antídoto contra la monotonía" es "¡el amor mismo de Cristo!".
"No es lo mismo una pareja que intenta salir adelante con sus propias fuerzas, que permitirle a Cristo ser el centro de la relación", aseguró, pues "cuando uno reconoce el amor de Cristo hacia uno mismo y hacia la pareja, uno descubre en Él la fuerza para querer siempre amar más y mejor, amar con ese amor incondicional con el que Él nos ama".