La Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) convocó para mañana 6 de noviembre a una jornada de oración por la paz en el país, sacudido en la última semana por atentados cometidos por grupos narcotraficantes.
Tres provincias ecuatorianas han sido declaradas en estado de excepción con el objetivo de frenar los atentados, incluso con coches bomba, que están cometiendo los narcotraficantes como respuesta a la decisión del gobierno de retomar el control de las cárceles.
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Ante la violencia que ha dejado varios muertos y heridos, los obispos publicaron este sábado un comunicado en el que llaman a los violentos a la conversión y a los políticos a dejar de lado sus intereses particulares.
Asimismo, publicaron una oración para que sea rezada mañana domingo en todas las iglesias, capillas y oratorios para pedir a Dios por el don de la paz.
La oración es la siguiente:
Dios omnipotente y misericordioso, Señor del universo y de la historia humana. Todo lo que has creado es bueno, y tu compasión por el hombre, que te abandona una y otra vez, es inagotable.
Venimos hoy a implorarte que ampares al Ecuador y a sus habitantes con la paz, alejando de él el destructivo oleaje de la violencia, restaurando la amistad y derramando en los corazones de tus criaturas el don de la confianza y la prontitud para perdonar.
Dador de la vida, te pedimos también por todos los que han muerto, víctimas de los brutales actos delictivos. Concédeles la recompensa y las alegrías eternas. Que intercedan por el Ecuador, sacudido por la angustia y las desgracias.
Jesús, Príncipe de la paz, te rogamos por los heridos en los ataques de bandas criminales: los niños y los jóvenes, las mujeres y los hombres, los ancianos, las personas inocentes y los que han sido agredidos por casualidad. Sana su cuerpo y el corazón, que se sientan fortalecidos por tu consuelo, aleja de ellos el odio y el deseo de venganza.
Santo Espíritu Consolador, visita las familias que lloran la pérdida de sus familiares, víctimas inocentes de la violencia y el narcotráfico. Cúbreles con el manto de tu Divina Misericordia. Que encuentren en Ti la fuerza y el valor para continuar siendo hermanos y hermanas de los demás, testimoniando con su vida tu amor.
Mueve los corazones de los violentos para que reconozcan la maldad de sus acciones y vuelvan a la senda de la paz y el bien, el respeto por la vida y la dignidad de cada ser humano.
Dios, Eterno Padre, escucha compasivo esta oración que se eleva hacia Ti entre el estruendo y la desesperación del Ecuador. Llenos de confianza en tu infinita misericordia, confiando en la intercesión de tu Santísima Madre, nos dirigimos a Ti con gran esperanza, suplicando el don de la paz y pidiendo que alejes de nosotros el látigo de la violencia.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén.