En una columna que publica el semanario de la Arquidiócesis de Denver, Mons. Charles Chaput señaló que recibir la comunión sin creer en la doctrina de la Iglesia o sin estar en estado de gracia es un acto grave de hipocresía que afecta tanto al comulgante como a todo el pueblo de Dios.

El Arzobispo publicó su columna cuando en Estados Unidos la prensa sigue el debate sobre si debe negársele o no la comunión a los políticos católicos que disienten con la Iglesia en materia fundamental como el aborto, los contraceptivos, la manipulación genética o la eutanasia.

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En su columna, Mons. Chaput recuerda que “como católicos, creemos que la Eucaristía no es sólo un símbolo o una cena sagrada o un importante rito que expresa nuestra comunidad. Es más bien, literalmente, el cuerpo y la sangre de Jesucristo.  Es Su presencia viva en  medio de nosotros. Esto es lo que distingue la fe católica de casi cualquier otra denominación protestante”. La Eucaristía sigue siendo hoy la fuente y cumbre de la vida católica.

“Hace 50 años –recuerda el Prelado- muchos de nosotros evitábamos recibir la comunión como consecuencia de un excesivo temor de nuestros propios pecados. Hoy en día, demasiados de nosotros recibimos la comunión inconscientemente, como un reflejo, sin ningún sentido de la urgente necesidad de un auto-examen, de la humildad y de la  conversión”.  

“Muchos de nosotros hoy necesitamos una devoción más profunda a la Confesión simplemente para recuperar la comprensión básica de la gracia y el pecado”, agrega.

Mons. Chaput recuerda que  “si ignoramos o negamos lo que enseña la Iglesia o rechazamos lo que enseña, no estamos ‘en comunión’ con la fe católica. Nos separamos de la comunidad de creyentes.  Si aún así recibimos la comunión, nos comprometemos con una mentira”.

”Reclamarse católico y luego rechazar las enseñanzas católicas es un acto de deshonestidad y una falta de integridad personal. Peor aún –agrega el Arzobispo de Denver-, si entonces recibimos la comunión,  violentamos a cada católico que sí cree y trata de vivir la fe plena y generosamente.Y eso constituye un pecado contra la honestidad como un pecado contra la justicia y la caridad. 

Confusión

Según explica el Prelado, “el actual debate mediático sobre ‘la negación de la comunión a los políticos católicos’ está lleno de ignorancia sobre la Iglesia y sobre el sentido verdadero de la Eucaristía”. 

“La Iglesia siempre espera que los católicos que están viviendo un pecado grave  o que niegan las enseñanzas de la Iglesia -ya sean funcionarios altamente visibles o anónimos feligreses- tengan la integridad de respetar tanto la Eucaristía como a los fieles y se abstengan de recibir la comunión”.

Y sobre los ataques lanzados contra la Iglesia por afirmar su postura, Mons. Chaput señala que “cada vez que la Iglesia es criticada, se entiende mejor a sí misma y se ve purificada.  Y cuando es purificada entonces puede servir mejor al Señor”.

Estamos en un tiempo para la Iglesia en nuestro país en la que algunos católicos –demasiados- están descubriendo que se han convertido gradualmente en no-católicos que van a Misa. Esto es triste y duro, y es también un juicio sobre una generación de liderazgo católico. Pero tal vez sea el momento preciso de la verdad  que la Iglesia necesita”, concluye el Arzobispo.