Los obispos que integran la Comisión de Educación Católica de la Conferencia Episcopal Argentina hicieron un llamado a las autoridades a priorizar la educación, la infancia y la discapacidad en el país.
Con el título "Educación, infancia, discapacidad... ¿son prioridades en la Argentina hoy?", la Comisión Episcopal de Educación Católica se refirió a la crisis en materia educativa.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
La carta, con fecha 1 de noviembre de 2022, está firmada por la Comisión, presidida por el Cardenal Mario Aurelio Poli e integrada por los obispos Mons. Ignacio Damián Medina, Mons. Juan Rubén Martínez, Mons. Jorge Esteban González, Mons. Nicolás Baisi y Mons. Marcelo Julián Margni.
En su mensaje, los obispos argentinos se refieren al proyecto de presupuesto nacional en educación para 2023, que fue aprobado el 25 de octubre por la Cámara Baja.
Ante esto, indican, el tema de la educación llegó a ocupar la primera plana. Sin embargo, advierten, queda en evidencia que no es prioridad en la agenda política ni social.
Esto, consideran los obispos, "explica en gran parte su postergación y las enormes e inexplicables desigualdades que están a la vista en el territorio nacional, en especial en los tres niveles de la enseñanza básica que tienen por destinatarios a niños, adolescentes y jóvenes".
"Nadie niega que la actual coyuntura de la economía nacional necesita de un ordenamiento en las cuentas públicas, pero las variables de ajuste no pueden recaer en las áreas más sensibles y vulnerables de la población, no sin efectos perjudiciales", advierten.
En referencia a la proyección inflacionaria, los recortes, la inmovilidad en las asignaciones y los presupuestos vigentes que no recibieron aumentos, los obispos consideran que "dejan al descubierto las graves consecuencias que recaen en las infancias, sobre las personas con discapacidad y en los niveles obligatorios de la educación".
De aprobarse esta "ley de leyes" por la Cámara de Senadores, sin las correcciones que muchas voces autorizadas han observado, los obispos denuncian que se estaría contradiciendo "que cuidar a las nuevas generaciones y poner todos nuestros esfuerzos por educarlas es la mejor inversión, y nunca será un gasto excesivo".
Los prelados se refieren también a los beneficios surgidos de logros legislativos que "asisten a necesidades básicas de sectores sociales que ya son pobres y que no pueden correr el riesgo de verse empujados a la indigencia".
"En tiempos de gran pobreza y de falta de trabajo, como los que vive nuestro país, entre quienes más sienten sus consecuencias se encuentran las personas con alguna discapacidad", indican.
De cara al presupuesto de la Nación, los obispos encuentran importante "que se resguarden los recursos para llevar adelante estas políticas integradoras en el área de la discapacidad", lo que "permitiría un desarrollo auspicioso a estas personas y su inclusión social les abriría puertas hasta ahora cerradas".
"Estas medidas no son un lujo para la sociedad, sino una inversión que posibilitará que ellas crezcan, vivan, se desarrollen, estudien, se rehabiliten, trabajen y así puedan con su presencia y actividad ser partícipes en la construcción del bien común", sostienen.
Para ello, son necesarios recursos presupuestarios "que permitan detectar las situaciones discapacitantes en las diversas etapas de la vida" y generar así igualdad de oportunidades para el desarrollo y su participación activa en todos los ambientes de la vida.
Por lo tanto, solicitan a los miembros del Poder Legislativo y del Poder Ejecutivo que "tengan en cuenta esta realidad para que se concrete en partidas presupuestarias que permitan continuar con la justa atención que se viene desarrollando y comenzar nuevas iniciativas hacia aquellos que justamente las requieren".
Para los obispos, Argentina se encuentra "ante una emergencia educativa" que hay que asumir "con responsabilidad institucional" y unidos para superar la situación.
"La mayor alegría de la que puede gloriarse el Estado es asegurar los medios para educar al semejante", aseguran al final del comunicado, llamando a "fomentar el servicio al bien común, acrecentar la paz y la amistad social, y afianzar un orden justo, cultivando los valores cívicos que arraiguen nuestra vocación democrática y republicana".
"Invocando la protección de Dios, fuente de sabiduría y justicia, ponemos en él nuestra esperanza y auguramos el mejor destino para nuestra Nación", concluyen.