En la Fiesta de San Juan Pablo II, este 22 de octubre, el Papa Francisco recordó la intensa vida de oración del "Papa peregrino", y aseguró que "la primera tarea de un cristiano" es "rezar".
Al recibir en audiencia esta mañana a las las participantes en los Capítulos Generales de la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida y de las Misioneras Combonianas, el Santo Padre señaló que San Juan Pablo II "era un hombre de Dios porque oraba mucho, encontraba el tiempo para orar mientras estaba inmerso en los numerosos y agobiantes compromisos de su ministerio".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Así testificó concretamente que la primera tarea de un cristiano, de una persona consagrada, de un sacerdote y de un obispo es rezar", señaló, "y que la oración personal no debe ser descuidada por ningún motivo".
El Papa Francisco dijo luego que "otro aspecto de la vida y del testimonio de este santo Pontífice fue su cercanía al pueblo de Dios, que se expresó en la búsqueda del contacto con las personas y en los viajes por todos los continentes para estar cerca de todos, adultos y niños, sanos y enfermos, cercanos y lejanos".
"Inspirándonos en él les hará bien mirar la realidad con los ojos del Señor Jesús; y les ayudará a caminar en la alegría, dóciles al Espíritu Santo, y a hacer de sus carismas una profecía encarnada".
El Papa Francisco animó a las religiosas además a "dedicarse especialmente a la oración de adoración: esto es importante".
"Hoy se ha perdido un poco el significado de la oración de adoración", lamentó el Papa: "Esta oración no se hace a menudo: les pido que la hagan".
"Adora, para sumergirte en el amor divino y darlo generosamente a los que encuentres en tu camino. Es hermoso adorar en silencio ante el Santísimo Sacramento, estar en la presencia consoladora de Jesús y sacar allí el impulso apostólico para ser instrumentos de bondad, ternura y acogida en la comunidad, en la Iglesia y en el mundo".
Además, el Santo Padre pidió combatir la "plaga" del chisme: "¡Es una gran virtud no hablar mal de otro, nunca, nunca!".
"Es una plaga porque es como un gusano que destruye poco a poco la convivencia y la fuerza de la vida comunitaria", advirtió.
El Papa Francisco compartió "un buen remedio" para combatir el chisme: "muérdete la lengua; ya sabes, la lengua se hinchará y no podrás hablar.
"Si tienes algo con otra persona, o se lo dices en la cara o se lo dices al superior, pero no a los demás", expresó.