La Diócesis de Ciudad Juárez (México) realizó el fin de semana el tradicional "Rosario Viviente", una celebración que regresó después de dos años con la asistencia de aproximadamente 16 mil católicos.
Bajo el lema "Caminando Juntos por La Paz", el multitudinario evento lo dirigió el 15 de octubre por el Obispo local, Mons. José Guadalupe Torres, en el Estadio Olímpico Benito Juárez de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).
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La celebración inició con una peregrinación desde el Parque Borunda hasta el estadio, luego siguió el rezo del Rosario y un concierto final con el ministerio de música Jésed.
Un momento destacado fue la procesión de la Virgen María alrededor de la cancha del estadio, a cargo de 14 miembros de Los Caballeros de Colón, el Obispo Torres y varios sacerdotes.
El P. Salvador Magallanes, representante legal de la Diócesis de Ciudad Juárez y organizador del Rosario Viviente, señaló que este año se pidió en especial a la Virgen María y a Dios por la paz en todos los sectores de la sociedad y en el país.
En un breve discurso, Mons. Torres agradeció Ia asistencia de miles de personas.
"Venimos a orar a los pies de nuestra Madre Santísima en esta tarde en que abrimos nuestro corazón para recibir el regalo de la paz; y al mismo tiempo un compromiso, una tarea, una misión, todos juntos como pueblo de Dios, de ser artesanos de la paz", dijo.
Tras sus palabras se inició el rezo del Santo Rosario. Al entrar la noche, se apagaron las luces del estadio y los miles de asistentes encendieron velas y celulares durante el momento de oración.
Al concluir el rezo, Mons. Torres colocó una ofrenda de flores ante la imagen de la Virgen. Cerca de las 7:30 p.m. el evento concluyó con el concierto musical.
Sobre el Rosario Viviente
El P. Eduardo Hayen, director del semanario Presencia de la Diócesis mexicana de Ciudad Juárez, escribió en su blog personal que el Rosario Viviente comenzó en su ciudad hace 30 años.
"Fue un hecho que impulsó la devoción a la Virgen María en nuestra comunidad fronteriza. Se trata del acontecimiento de fe y oración que reúne a más católicos en un solo lugar", explicó.
El presbítero indicó que la noche del Rosario Viviente "es única en el año" y la calificó como "una proclamación sostenida del misterio de nuestra salvación".
"Orar con el Rosario es escuchar, una y otra vez, el anuncio gozoso de nuestra salvación. Por eso nada tiene de extraño que, cuando salimos del estadio universitario después del Rosario Viviente, habiendo proclamado nuestra salvación con las palabras del Arcángel Gabriel, lleguemos a sentirnos salvados", añadió.