El Obispo Auxiliar de San Pedro Sula, Mons. Rómulo Emiliani, renovó su compromiso con la rehabilitación de los pandilleros que sean detenidos por la justicia, a unos días del incendio que causó el lunes pasado la muerte de 104 jóvenes recluidos en un penal de su localidad.
Mons. Emiliani, que se ha convertido en el principal promotor de la recuperación de pandilleros en el país, debió identificar los cadáveres y consolar a las familias durante la difícil semana.
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Visiblemente conmovido, el Obispo declaró a diarios locales que urge detener la sangre derramada por el tema de las pandillas y recordó que toda vida es sagrada, incluso la de los delincuentes.
El Obispo explicó que se ha comprometido “en esta lucha y causa, porque en el Evangelio, Jesús dice que el buen pastor deja las 99 ovejas y busca la que está perdida. Éste es un camino duro y difícil, donde hay dolor y frustración como la que experimento ahora, al ver muertos a 104 muchachos que yo conocía y de los que tenía mucha esperanza que iba a recuperarse la mayoría”.
El Obispo aseguró que seguirá con sus esfuerzos a favor de los pandilleros porque le conmueve “la situación de estos muchachos marginados de la sociedad, que cayeron en delincuencia por su situación de pobreza extrema, falta de educación, empleo y otros. Ellos, en el fondo tienen un corazón noble, pero necesitan urgentemente de alguien que los ayude a recapacitar, a pensar diferente y salvar sus vidas”.
Mons. Emiliani desistió en culpa a alguien por el incendio –hay rumores de que fue provocado- y consideró que “el sistema (penal) como tal, es ineficaz, por lo tanto hay una negligencia estructural que provocó esta tragedia”.
Además, lamentó que cierta gente “se alegre con la muerte de 104 personas”. Esto, señaló, es “un pecado grave”.
“Sabemos que los muchachos no son angelitos, algunos han cometido crímenes muy feos, pero nosotros no podemos desear la muerte de nadie”, indicó.