Según un artículo de análisis que publica este lunes el Vaticanista del Semanario “L’Espresso”, Sandro Magister, el discurso que el Papa Juan Pablo II dirigió el día de su cumpleaños, 18 de mayo, al presidente polaco Aleksander Kwasniewski, ha sido subestimado en su poderoso mensaje a favor de la identidad religiosa de Europa.

En el discurso, el Pontífice recordó el 60 aniversario de la batalla de Monte Cassino, donde muchos soldados polacos, cristianos y judíos, perdieron la vida.

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Según Magister, “de este acontecimiento, el Papa Juan Pablo II saca dos lecciones: sobre la guerra y sobre Europa”.

Magister recuerda que el Papa “no es un pacifista”, y así como es capaz de oponerse a una guerra que no considera justa –como el 2003-; “pero para una guerra que considera justa no duda en declarar su apoyo y dar razones”.

Y sobre Europa, según el Vaticanista, Juan Pablo II concluye que la identidad espiritual del continente debe ser defendida “incluso a costa de la vida”.

“El Papa no lo dice con palabras explícitas, pero la alusión a las discusiones  en curso en Europa es transparente”, señala Magister.

Según Magister, el Papa respalda una propuesta lanzada por la revista cultural polaca “Znak” –que quiere decir “Signo”- que sería como sigue:

"Nosotros, Europeos, concientes de la riqueza de nuestra herencia, obtenida de la abundancia del Judaísmo, el Cristianismo, el Islam, la Filosofía Griega, la ley Romana, y del humanismo tanto de raíces religiosas como no religiosas...".

La columna de Magister puede leerse este lunes en su sitio web:

www.chiesa.espressonline.it/english