El Papa Francisco recibió hoy en audiencia en el Vaticano a un grupo de capellanes suizos, a quienes agradeció su "trabajo exigente" al servicio de los jóvenes.
Ante los presentes en el Palacio Apostólico del Vaticano, el Papa Francisco defendió que el fruto de la buena labor de los capellanes reside en la oración.
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"Es ahí, en el silencio, donde resurgen los rostros, las historias, las sonrisas y las lágrimas, los sueños... Y es ahí donde también encuentran el impulso interior, porque un trabajo como el suyo absorbe mucha energía y puede agotar el espíritu si no hay 'savia' del Señor para recargarlo", aseguró.
Además, dijo a los capellanes que "cada vez que uno de vosotros se pone al lado de dos o tres jóvenes en camino, los escucha, escucha las decepciones, los fracasos, las dudas que llevan dentro, y luego les habla de Jesucristo, despertando la esperanza en sus corazones, ahí se renueva algo de la experiencia de los discípulos de Emaús".
Para el Papa Francisco esto no depende de la habilidad de los capellanes, sino que "es Cristo vivo quien pasa, es su Espíritu quien actúa; pero es importante que estén allí, es necesaria su presencia junto a ellos".
Más tarde, subrayó el carácter ecuménico y el Sínodo de los jóvenes como "telón de fondo" en esta vocación, que "puede ayudar a la Iglesia a crecer hacia una unidad cada vez más plena, más acorde con la voluntad de Cristo el Señor".