La imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa visitará durante el mes de octubre diferentes ciudades de Italia.
Se trata de un peregrinaje nacional conocido como "Tres días con María", en el que algunas parroquias del país italiano acogen esta imagen, bendecida por el Papa Francisco el 11 de noviembre de 2020, y que desde entonces ha visitado lugares como hospitales y colegios.
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Según explicó el P. Valerio Di Trapani, superior de la casa provincial de la Congregación de la Misión, "durante este año pastoral, el Señor nos ha hecho ver la necesidad cada vez más urgente de salir, de ir, de encontrarnos para anunciar el Evangelio del Reino de Dios, que encuentra en María una criatura que lo ha vivido integralmente, haciendo de ella una persona feliz y plenamente realizada".
El también superior del Colegio Apostólico Leoniano de Roma señaló que esta iniciativa consiste en "salir al encuentro de las comunidades eclesiales que pretenden acoger la propuesta de los Misioneros Vicentinos".
Con ello, pretenden "animar a la comunidad parroquial ofreciéndoles encuentros de catequesis para jóvenes y adultos, oración, reconciliación sacramental, visitas a los frágiles y enfermos, y amistad con los jóvenes y adolescentes en sus contextos de vida".
Las parroquias que acogerán a la Virgen se encuentran en ciudades como Florencia, L'Aquila, Como y Caserta.
Virgen de la Medalla Milagrosa
El 27 de noviembre de 1830 la Virgen Santísima se apareció a Santa Catalina Labouré, humilde religiosa vicentina.
La Virgen iba vestida de blanco, y junto a Ella había un globo reluciente sobre el cual se encontraba la Cruz.
Nuestra Señora abrió sus manos y de sus dedos fulgentes salieron rayos luminosos que descendieron hacia la tierra. María Santísima dijo entonces a Sor Catalina:
"Este globo que has visto es el mundo entero donde viven mis hijos. Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que yo expando sobre todos aquellos que me invocan como Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos quedan perdidos, porque pocas veces me rezan".
Entonces alrededor de la cabeza de la Virgen se formó un círculo o una aureola con estas palabras: "Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti".
Y una voz dijo a Catalina: "Hay que hacer una medalla semejante a esto que estás viendo. Todas las personas que la lleven, sentirán la protección de la Virgen", y apareció una M, sobre la M una cruz, y debajo los corazones de Jesús y María.
Es lo que hoy puede contemplarse en la Medalla Milagrosa.