El Papa Francisco hizo un llamado este domingo al presidente de Rusia, Vladimir Putin, para que detenga la "espiral de violencia y muerte" que ha traído la guerra en Ucrania; donde los últimos acontecimientos han hecho que aumente "el riesgo de una escalada nuclear".
El Pontífice hizo este pedido a Vladimir Putin en sus palabras previas al rezo del Ángelus dominical. Asimismo hizo un llamado al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, "para que esté abierto a propuestas de paz serias".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Ante los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro, el Papa pidió a los líderes de la comunidad internacional "que hagan todo lo que esté a su alcance para poner fin a la guerra en curso, sin dejarse arrastrar en escaladas peligrosas".
"Promuevan y apoyen iniciativas de diálogo. ¡Por favor, que las generaciones más jóvenes respiren el aire saludable de la paz, no el aire contaminado de la guerra, que es una locura!", expresó.
"Me duelen las miles de víctimas"
En sus palabras, Francisco manifestó su aflicción por "los ríos de sangre y lágrimas derramadas en los últimos meses", así como por "las miles de víctimas, especialmente niños, y las numerosas destrucciones, que han dejado a muchas personas y familias sin hogar y amenazan con el frío y el hambre a vastos territorios".
"¡Ciertas acciones no pueden ser justificadas nunca! ¡Nunca!", exclamó.
El Papa Francisco dijo que "es angustiante que el mundo esté aprendiendo la geografía de Ucrania a través de nombres como Bucha, Irpín, Mariúpol, Izium, Zaporiyia y otras ciudades, que se han convertido en lugares de sufrimiento y terror indescriptibles. ¿Y qué decir del hecho de que la humanidad se enfrenta una vez más a la amenaza atómica? Es absurdo".
"El curso de la guerra en Ucrania se ha vuelto tan grave, devastador y amenazador que es motivo de gran preocupación", indicó el Pontífice, y preguntó "¿cuánta sangre debe correr aún para que entendamos que la guerra nunca es una solución, sino solo destrucción?".
"En nombre de Dios y en nombre del sentido de humanidad que habita en cada corazón, renuevo mi llamamiento para que se llegue inmediatamente a un alto el fuego", añadió.
El Papa Francisco solicitó que "se busquen las condiciones para iniciar negociaciones capaces de conducir a soluciones no impuestas por la fuerza, sino consensuadas, justas y estables".
Para ello, indicó, estas soluciones deben fundarse "en el respeto del sacrosanto valor de la vida humana, así como de la soberanía e integridad territorial de cada país, como también de los derechos de las minorías y de sus legítimas preocupaciones".
En ese sentido, deploró "la grave situación que se ha creado en los últimos días, con nuevas acciones contrarias a los principios del derecho internacional. De hecho, aumenta el riesgo de una escalada nuclear, hasta el punto que hacen temer consecuencias incontrolables y catastróficas a nivel mundial".
El Papa expresó su confianza "en la misericordia de Dios, que puede cambiar los corazones, y en la maternal intercesión" de la Virgen María para que se ponga fin a la guerra en Ucrania, iniciada hace más de siete meses.
El viernes, Putin anunció que las regiones de Donetsk, Luhansk, Zaporiyia y Jersón –en el este y sur de Ucrania– pasaban a ser parte de Rusia. Gran parte de estas zonas están ocupadas por el ejército ruso; sin embargo, en los últimos días se han registrado avances de las fuerzas ucranianas.
El líder ruso justificó la anexión en unos referéndums realizados en estas regiones en los que la mayoría de la población habría decidido ser parte de Rusia.
Sin embargo, líderes occidentales han calificado de "farsa" estas consultas y el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo que cualquier anexión basada en el uso de la fuerza viola la Carta de la ONU y el derecho internacional.
Donetsk, Luhansk, Zaporiyia y Jersón representan el 15% del territorio ucraniano. Su anexión se suma a la de la península de Crimea, tomada por Rusia en 2014.