El Obispo Emérito de Alcalá de Henares, Mons. Reig Pla ha rechazado amablemente las alabanzas recibidas a su voz profética afirmando que "no soy un profeta, simplemente he seguido lo que la Iglesia como Madre me ha enseñado".
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El Prelado recibió este miércoles el premio Maestros de la Fe que otorga el portal Religión en Libertad en atención a "su servicio valiente y creativo a la pastoral familiar y una postura profética en defensa de la cultura de la vida y la familia".
Se trata del primer acto público del Obispo tras la reciente aceptación de su renuncia por motivos de edad. El público presente en la entrega de los galardones le tributó la más importante ovación de la noche, a la que el Prelado respondió con paciente humildad.
Mons. Reig Pla, dedicó el galardón a sus padres y explicó que lo que ha hecho a lo largo de su labor pastoral ha sido "alertar sobre las distintas ideologías que han entrado en España como un laboratorio, promoviendo la deconstrucción de lo humano".
Así, a lo largo de sus años de episcopado ha alzado la voz sobre la revolución sexual, la ideología de género, la teoría queer, la cultura de la cancelación y, a futuro, hacia lo que puede llegar a ser el cyborg, el posthumanismo y el transhumanismo.
El Obispo Emérito de Alcalá de Henares afirmó que "la respuesta es Jesucristo, no lo dudéis" y que es necesario "reedificar lo que han deconstruido las ideologías" en la persona humana, pues la crisis actual es una "crisis de la antropología".
"Estamos ante una sociedad nihilista-optimista", que se caracteriza por creer que "no vamos a ninguna parte, pero estamos contentos", es el diagnóstico del Prelado, que propone como tratamiento es volver a la "persuasión" que irradiaban las comunidades de los primeros cristianos.
Mons. Reig resumió que para reedificar a la persona humana es necesario comprender que no puede desvincularse de su cuerpo, de la familia, de la religión y de la patria, pues son los "vínculos fundamentales que le dan una razón de ser".
Al tiempo, el Prelado animó a ir más allá de la persona y tener conciencia de la "dimensión social" de esta tarea de reconstrucción antropológica: "Hoy necesitamos en España a Cristo, también con la moral social, con la doctrina social de la Iglesia".
A su juicio, esto significa que "hemos de tejer el tejido de la sociedad desde lo que son los fundamentos mismos de la dignidad de la vida humana, de la grandeza de lo que significa ser persona humana, de la preciosidad social que significa la familia, de la grandeza de la religión".
El Obispo Emérito de la diócesis complutense lamentó que toda la deconstrucción descrita "ha sido posible por un secularismo extremo, por ingeniería social que ha producido el eclipse de Dios".
En este sentido, animó a los católicos a "entrar en todos los ámbitos para regenerar lo que se está produciendo". Las comunidades cristianas deben estar abiertas "a lo social y a lo político para hacer una España nueva, la que ha pensado Dios para todos nosotros".
Con un sencillo y sentido "os quiero", concluyó sus palabras de agradecimiento Mons. Reig Pla.