El Arzobispado de Sevilla anunció el programa de celebraciones por el 150º aniversario de la proclamación del dogma mariano de la Inmaculada Concepción.
El programa de actividades religiosas, catequéticas y culturales fue presentado este miércoles en el Palacio Episcopal por el delegado diocesano para la efeméride, P. Manuel María Hinojosa.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Hemos querido presentar este ciclo en mayo, que es el mes de María, aunque aún no esté totalmente cerrada la programación", afirmó el sacerdote y precisó que el plan incluye tres líneas de actuación: artística, teológica y cultual.
La primera de ellas se concretará en una exposición artística sobre los dogmas marianos, que previsiblemente se celebrará en la iglesia de la Magdalena entre los meses de octubre y noviembre.
El P. Hinojosa dio a conocer que la instrucción y reflexión teológica se concretizará a través de un ciclo de conferencias a cargo de destacados especialistas en mariología e historia y, además, por medio de catequesis extraordinarias sobre la Inmaculada Concepción impartidas en centros educativos y parroquias de la arquidiócesis
Los aspectos cultual y litúrgico alcanzarán su culmen en una Misa pontifical que el Arzobispo presidirá en la Catedral el 8 de diciembre, ante la imagen de la Inmaculada Concepción que se venera en la parroquia de la Compañía y que será llevada procesionalmente al primer templo de la arquidiócesis andaluza.
La apertura oficial de las celebraciones será el 17 de septiembre, con el pregón de apertura de la efeméride, que será pronunciado por el Arzobispo de Sevilla, Cardenal Carlos Amigo Vallejo.
El dogma de la Inmaculada Concepción fue proclamado oficialmente en 1854 por el Papa Pío IX a través de la bula Ineffabilis Deus. Sin embargo, desde mucho tiempo atrás la Iglesia ya creía en esta verdad, siendo Córdoba una de las diócesis donde, en el siglo XVII, se propuso que los miembros de los cabildos municipal y catedralicio efectuaran, en la toma de posesión de sus cargos, el juramento de defensa de la Inmaculada.