Antes del rezo del Ángelus este domingo en el Vaticano, el Papa Francisco ofreció una reflexión sobre el Evangelio en la que compartió dos sencillas lecciones para superar las dificultades de la vida.
1.- Buscar soluciones con astucia y no hacerse la víctima
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En su meditación sobre el Evangelio de San Lucas en la que Jesús habla de un administrador corrupto, el Santo Padre dijo que este hombre "roba y, una vez descubierto por su patrón, actúa con astucia para salir de esa situación".
"Del relato vemos que este administrador corrupto acabó en problemas porque se aprovechó de las posesiones de su amo; ahora tendrá que rendir cuentas y perderá su trabajo", continuó.
Pero "no se da por vencido ni se resigna a su destino, no se hace la víctima, al contrario actúa rápido con astucia y busca una solución", prosiguió el Papa Francisco.
Lo que sucede con el administrador corrupto es que "quien se mueve en la oscuridad, según ciertos criterios mundanos, sabe salir adelante aún en medio de las dificultades, sabe ser más listo que los demás; en cambio, los discípulos de Jesús, es decir, nosotros, a veces estamos adormecidos o somos ingenuos, no sabemos tomar la iniciativa para buscar vías de salida ante las dificultades".
"Pienso, por ejemplo, en momentos de crisis personal, social, pero también eclesial: a veces nos dejamos vencer por el desánimo, o caemos en la queja y el victimismo", alertó el Papa Francisco.
"En cambio –dice Jesús– también se puede ser astuto según el Evangelio, estar despierto y atento para discernir la realidad, ser creativo para buscar buenas soluciones, para nosotros y para los demás", resaltó.
2.- Ser creativos para hacer el bien y no ser egoístas
Una segunda enseñanza del Papa Francisco tiene que ver con el destino eterno que se forja cada día de la vida.
"Para heredar la vida eterna no sirve acumular los bienes de este mundo, sino lo que cuenta es la caridad que habremos vivido en nuestras relaciones fraternas", dijo el Santo Padre.
Jesús anima a no usar "los bienes de este mundo solo para ustedes mismos y su egoísmo, úsenlos para generar amistades, para crear relaciones buenas, para actuar en la caridad, para promover la fraternidad y cuidar a los más débiles".
"En el mundo de hoy hay historias de corrupción como la del Evangelio; conductas deshonestas, políticas injustas, egoísmos que dominan las elecciones de individuos e instituciones, y muchas otras situaciones oscuras. Pero a nosotros los cristianos no se nos está permitido desanimarnos o, peor aún, dejarlo pasar, permanecer indiferentes".
Al contrario, precisó el Papa Francisco, "estamos llamados a ser creativos haciendo el bien, con la prudencia y la astucia del Evangelio, utilizando los bienes de este mundo, no solo materiales, sino todos los dones que hemos recibido del Señor, no para enriquecernos sino para generar amor fraterno y amistad social".
"Esto es muy importante, con nuestra actitud generamos amistad social", concluyó.