El P. Eduardo Chávez, postulador de la causa de canonización de San Juan Diego, vidente de Nuestra Señora de Guadalupe, llevó recientemente el mensaje del acontecimiento guadalupano a Nueva York, "la ciudad que nunca duerme", en Estados Unidos.
El P. Chávez, considerado uno de los mayores expertos en las apariciones de la Virgen de Guadalupe y también director general del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos, visitó en los últimos días Nueva York, invitado como conferencista.
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El pasado 9 y 10 de septiembre, el Padre Eduardo Chávez ofreció una conferencia en el Santuario Nuestra Señora de Guadalupe de New York sobre la Virgen de Guadalupe. @PadreEChavez
- Instituto Superior de Estudios Guadalpanos - ISEG (@guadalupecodice) September 13, 2022
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El sacerdote mexicano fue invitado entre el 9 y 10 de septiembre al Santuario de Santa María de Guadalupe en Manhattan, y al centro católico de la Universidad de Nueva York.
En diálogo con ACI Prensa, el P. Chávez señaló que al compartir la experiencia del acontecimiento guadalupano, ocurrido entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531, "me doy cuenta cómo desde que San Juan Pablo II la hace patrona de todo el continente americano, la Virgen de Guadalupe está presente en todos los corazones, más allá de idiomas, más allá de razas, más allá de condiciones, más allá de culturas".
"Ella sabe poner a Jesucristo, Nuestro Señor, en cada corazón, hacernos hermanos, donde no hay fronteras, donde no hay divisiones, donde no hay más distancias", expresó.
La Virgen de Guadalupe, añadió, "nos enseña a ser familia de Dios, la civilización de su amor".
"Por eso es tan importante que, en el marco de los 500 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, que ya están cerca, en esta novena intercontinental guadalupana que vamos a iniciar más y más personas, más y más hermanos y hermanas, conozcan quién es la Santísima Virgen de Guadalupe", dijo.
"Porque de su mano peregrinamos con certeza y seguridad a Jesucristo, Nuestro Señor", concluyó.
Nuestra Señora de Guadalupe se apareció entre el 9 y 12 de diciembre de 1531 al indio San Juan Diego en el cerro del Tepeyac, al norte de la actual Ciudad de México.
En sus apariciones, Santa María le pidió a San Juan Diego que le pida al Obispo de México, Fray Juan de Zumárraga, que se construya una "casita sagrada" en la zona.
Ante el pedido del Obispo de "alguna señal", la Virgen le pidió a San Juan Diego que recoja unas rosas milagrosamente aparecidas en el árido cerro del Tepeyac, y las lleve en su tilma, una especie de manto sencillo, ante Fray Juan de Zumárraga.
Cuando San Juan Diego abrió la tilma ante el Obispo, milagrosamente había quedado estampada en su tilma la imagen de la Virgen de Guadalupe, que se conserva tras casi cinco siglos en su Basílica en Ciudad de México.