Al concluir el rezo del Ángelus dominical este 11 de septiembre, el Papa Francisco pidió rezar por su próximo viaje apostólico internacional que realizará a Kazajistán.
El Papa Francisco visitará este pequeño país de la ex Unión Soviética del 13 al 15 de septiembre.
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"Pido a todos que acompañen con la oración a esta peregrinación de diálogo y de paz", indicó el Santo Padre.
El Papa explicó que durante su próximo viaje de tres días a Kazajistán participará en un Congreso mundial con líderes de otras religiones y afirmó que "será la ocasión de encontrarse con numerosos representantes religiosos y de dialogar como hermanos, animados por el deseo común de paz, paz de la que nuestro mundo está sediento".
"Quisiera desde ya saludar cordialmente a los participantes, así como a las autoridades, a las comunidades cristianas y a toda la población de ese vasto país", dijo el Papa.
Finalmente, el Santo Padre agradeció por "los preparativos y el trabajo realizado para preparar mi visita".
Por su parte, el presidente de la Conferencia Episcopal de Kazajistán y obispo de la diócesis de la Santísima Trinidad en Almaty, Mons. José Luis Mumbiela Sierra, dijo en una reciente entrevista concedida a ACI Prensa, que "la gente está muy contenta de que venga el Papa Francisco, lo recibimos con mucha alegría".
El Prelado señaló que "es muy valorada por todos los cristianos la visita del Papa porque es ver proclamar el mensaje de Cristo en una tierra de mayoría islámica".
"En este mundo en que vivimos, hoy en estas guerras y crisis, sembrar esa visión de paz y de unidad entre todos, sería excelente. Que los cristianos, los católicos, adquiriéramos esa conciencia de nuestra misión precisamente orientada en este sentido", indicó entonces el Obispo.
El Papa Francisco será el segundo Pontífice que visitará Kazajistán, tras el histórico viaje que realizó San Juan Pablo II en septiembre de 2001.
El viaje apostólico de San Juan Pablo II se realizó del 22 al 25 de septiembre de 2001 y fue la primera ocasión que un Pontífice visitó un país de Asia Central.
Durante su histórico viaje, San Juan Pablo II pidió que "todos los creyentes deben aunar sus esfuerzos para que nunca más Dios sea rehén de las ambiciones de los hombres" porque "el odio, el fanatismo y el terrorismo profanan el nombre de Dios y desfiguran la auténtica imagen del hombre".