Con la reciente muerte de la Reina Isabel II y el ascenso al trono inglés de Carlos III, la historia acumulada durante cerca de medio milenio desde que se produjera el cisma de la Iglesia en Inglaterra vuelve a aflorar, y surge la pregunta: ¿Por qué un católico no puede ser Rey de Inglaterra?
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El sitio web de la Familia Real expone las normas de sucesión al trono del Reino Unido, que agrupa a Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
"La sucesión al trono está regulada no solo por descendencia, sino también por estatuto parlamentario. El orden de sucesión es la secuencia de los miembros de la Familia Real en el orden en que se ubican en la línea de sucesión al trono", explica el sitio web.
Más adelante, recuerda que la Carta de Derechos y la Ley de Instauración "también establecieron varias condiciones que el Soberano debe cumplir".
"Un Católico Romano es específicamente excluido de la sucesión al trono", añade.
En la Ley de Instauración, emitida en 1701, en efecto se advierte que no pueden heredar la corona británica quienes "comulguen con la Iglesia de Roma" o profesen lo que denomina "la Religión Papal".
Hasta 2013, aquellos que se casaran con una persona católica también quedaban fuera de la línea de sucesión. Una ley publicada ese año anuló esa disposición.
El sitio web de la Familia Real explica además que la Ley de Instauración de 1701 "fue diseñada para asegurar la sucesión protestante al trono y para fortalecer las garantías para asegurar un sistema parlamentario de gobierno", tras el derrocamiento del último rey católico de Inglaterra, Jacobo II.
La princesa monegasca Alexandra de Hanover perdió en 2018 su lugar en la línea de sucesión al trono inglés tras convertirse al catolicismo.
El cisma en Inglaterra
La iglesia anglicana surgió en la primera mitad del siglo XVI, tras el fallido intento del rey inglés Enrique VIII de que el Papa Clemente VII anule su primer matrimonio para que pueda casarse nuevamente.
La negativa del Papa motivó a Enrique VIII a declararse jefe de la iglesia en Inglaterra, estableciendo lo que hoy se conoce como anglicanismo.
Precisamente por mostrarse opuesto a la decisión del rey, su Canciller y fiel católico Santo Tomás Moro, fue martirizado.
En los siglos siguientes, los católicos han sufrido persecución y discriminación en Reino Unido.
Con los años además las diferencias doctrinales de los anglicanos con la Iglesia Católica se han hecho cada vez mayores.
Actualmente, los anglicanos permiten que las mujeres sean ordenadas sacerdotes e incluso pueden ser obispos.
Este tipo de decisiones motivaron una conversión masiva de anglicanos al catolicismo, que llevó a que el hoy Papa Emérito Benedicto XVI establezca, con su constitución apostólica Anglicanorum Coetibus, un camino para que puedan entrar en la comunión plena con la Iglesia Católica.
En julio de este año, la iglesia anglicana dijo que para ellos "no hay definición oficial" de lo que significa ser mujer.
Actualmente, cada rey de Inglaterra, como la fallecida Isabel II o su sucesor, Carlos III, ostenta el título de "gobernador supremo de la iglesia de Inglaterra".