El Vaticano informó que esta mañana se firmó un nuevo Concordato entre Portugal y la Santa Sede que, en palabras del Papa Juan Pablo II “confirma los sentimientos de consideración recíproca que animan las relaciones” entre ambos países.
Al recibir al primer ministro de Portugal, José Manuel Durao Barroso, que encabezó la delegación oficial para la firma, el Papa expresó su “profundo aprecio por la atención que el Gobierno y la Asamblea de la República portuguesa demuestran en relación con la misión de la Iglesia, que culmina con la firma de hoy, espero que el nuevo Concordato favorezca un entendimiento cada vez mayor entre las autoridades del Estado y los pastores de la Iglesia, en beneficio del bien común de la Nación”.
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En la audiencia también estaban presentes el Cardenal José da Cruz Policarpo, patriarca de Lisboa; el Nuncio Apostólico, Mons. Alfio Rapisarda y miembros de la Conferencia Episcopal.
El Concordato, firmado por el Cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado de la Santa Sede y Durao Barroso, regula materias de interés común entre la Iglesia y el Estado.
Según una declaración oficial, “el nuevo Concordato regula la posición jurídica de la Iglesia católica y de sus instituciones. El Estado garantiza a la Iglesia el ejercicio público y libre de sus actividades, en particular por lo que concierne al culto, al magisterio y al ministerio, además de la jurisdicción en materia eclesiástica; también reconoce la libertad religiosa, sobre todo en los ámbitos de conciencia, culto, reunión, asociación, expresión pública, enseñanza y actividad caritativa”.
El documento también consagra la existencia de una disciplina de Educación Moral y Religiosa Católica con profesores nombrados por obispos, y reconoce un carácter de divorcio civil a las anulaciones de matrimonio.
Además, establece el fin del estatuto militar de los capellanes de las Fuerzas Armadas y reconoce la especificidad institucional de la Universidad Católica.