Cada 5 de septiembre, el mundo conmemora el Día Internacional de la Caridad, una fecha que busca recordar el trabajo de Santa Teresa de Calcuta a favor de los más pobres y reconocer la importancia de la caridad para reducir el sufrimiento de la humanidad.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) eligió la fecha "para conmemorar el aniversario del fallecimiento de Santa Teresa de Calcuta, quien recibió el Premio Nobel de la Paz en 1979 por su trabajo en la lucha contra la pobreza y la angustia".
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Con motivo de esta fecha, el P. Martin Barta, asistente espiritual internacional de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), afirmó que "la preocupación por el bienestar físico y espiritual del ser humano debe estar en el centro de un proyecto".
Sin embargo, aclaró que es más importante atender y sostener proyectos que atiendan la espiritualidad de las personas.
La frase evangélica: "No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios", dijo, recuerda que tanto lo espiritual como lo divino "son las primeras riquezas de la humanidad".
En declaraciones recogidas por ACN, el sacerdote explicó que "no puedes resolver primero los problemas socioeconómicos y luego comenzar a acercarte a la gente sobre lo espiritual", sino que "el desarrollo humano, económico y social debe ir acompañado del crecimiento de la fe y del Reino de Dios".
El P. Barta reflexionó también sobre por qué en la actualidad es más fácil recaudar fondos económicos para obras sociales que pastorales.
Dijo que eso sucede, porque "solemos ver a los seres humanos solo como entidades corporales, culturales, sociales o económicas, pero no como seres espirituales".
"Hay una falta de conciencia de que el hombre y la mujer son creados por Dios y para Dios. Falta una concepción holística de la humanidad", subrayó.
Por eso, dijo que todas las obras de caridad de la fundación pontificia ACN siempre son aprobadas por el obispo, para garantizar que se harán "en el espíritu de la Iglesia".
En un proyecto benéfico "no se trata sólo de lo que se hará, sino también de cómo se hará. La gente debe sentir que lo que reciba viene de un corazón que quiere dar algo de sí mismo a los demás", dijo.
"No solo porque queremos promoverlos social y humanamente, sino también porque los estamos apoyando como hermanos y hermanas en la fe en el amor de Dios", agregó.
Por eso, indicó, "un proyecto no solo debe cumplir su propósito terrenal, sino también profundizar la fe y ampliar los horizontes para abrazar lo divino".
Para el P. Barta un ejemplo de esta labor es la construcción de iglesias y capillas, pues "es el lugar donde los seres humanos encuentran a Dios".
Una iglesia es la "casa de Dios" y tiene "piedras vivas, porque el sagrario es el corazón palpitante de la Iglesia", dijo. Entonces, "una iglesia no es una iniciativa principalmente de los hombres, sino de Dios, que viene a nosotros y vive entre nosotros", agregó.
Finalmente, recordó que "uno encuentra una fe más vibrante en los países más pobres", donde la gente asiste con frecuencia a la iglesia y existe "un fuerte sentimiento de comunidad" y "unidad de fe".
La fundación pontificia ACN desarrolla proyectos de caridad en todo el mundo, en especial, donde los cristianos son perseguidos o discriminados por su fe y necesitan cómo subsistir para "permanecer en sus países y dar testimonio del Evangelio".