El Papa Francisco dijo a los monaguillos peregrinos franceses que "es un honor servir a Jesús cuando da su vida por nosotros en la Eucaristía".
Este viernes 26 de agosto, más de 2.000 monaguillos llegaron a Roma en una peregrinación desde los Alpes para reunirse con el Papa Francisco.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Ante el Aula Pablo VI prácticamente llena, el Papa Francisco aseguró que "es un honor servir a Jesús cuando da su vida por nosotros en la Eucaristía".
"Habéis elegido ser monaguillos, y quiero agradeceros de corazón los esfuerzos, y a veces las renuncias, que aceptáis para dedicaros a este compromiso como monaguillos", dijo el Papa.
En esta línea, dijo a los jóvenes monaguillos que deben estar orgullosos de lo que hacen: "No te avergüences de servir en el Altar, aunque estés solo, aunque estés creciendo. Es un honor servir a Jesús cuando da su vida por nosotros en la Eucaristía".
A continuación, aseguró que este servicio es "el testimonio concreto del Evangelio", y explicó que "después de servir a Jesús en la Misa, Él os envía a servirle en las personas que encontréis durante el día, sobre todo si son pobres y desfavorecidas, porque Él está unido a ellas de manera especial".
"Quizás tengáis amigos que viven en barrios difíciles o que se enfrentan a grandes sufrimientos, incluso a la adicción; Os pido que los acojáis con generosidad, que los saquéis de su soledad y os hagáis amigos de ellos", pidió el Santo Padre.
Además, invitó a los monaguillos a evitar "caer en la tentación del repliegue sobre ti mismo, del egoísmo, de encerrarte en tu propio mundo, en pequeños grupos, en redes sociales virtuales".
"Es mejor que prefieras las amistades reales y no las virtuales, que son ilusorias y te aprisionan y separan de la realidad", aseguró.
También animó a los presentes a escuchar los consejos de los mayores ya que son "un recurso necesario para vuestra madurez humana".
"No renuncies a tus sueños y no temas responder a la llamada del Señor si el servicio en el altar la suscita", dijo a continuación.
"No tengáis miedo. Alimentar esta llamada en vuestro corazón y, un día, tened el valor de hablar de ello con alguien de confianza. ¡Qué hermoso es ver a los jóvenes comprometerse generosamente con el Reino de Dios, al servicio de la Iglesia! Es realmente una hermosa aventura", concluyó.