El Papa Juan Pablo II canonizó esta mañana a seis nuevos santos para la Iglesia, incluyendo a Don Luigi Orione, fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, y Gianna Beretta Molla, la madre de familia italiana que prefirió morir antes que abortar a su cuarta hija.
Ante las 80 mil personas que se reunieron en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre reflexionó sobre el testimonio de cada uno de los nuevos santos y pidió que a través de ellos se redescubra la belleza de la vida religiosa y familiar.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Apóstol de la Caridad
Al meditar sobre el legado de Don Orione (1872-1940), sacerdote, fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia y de la Congregación de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, el Papa dijo que fue un “hombre totalmente entregado a la causa de Cristo y de su Reino. Sufrimientos físicos y morales, cansancio, dificultades, incomprensiones y obstáculos de todo tipo, marcaron su ministerio apostólico”.
“El corazón de este estratega de la caridad no tuvo fronteras porque fue dilatado por el amor de Cristo. La pasión por Cristo fue el alma de su vida intrépida, el empuje interior a un altruismo sin reservas, el manantial siempre fresco de una esperanza indestructible”, indicó.
Además, recordó que este humilde hijo de un empedrador proclama que ‘sólo la caridad salvará al mundo’ y repite a todos que ‘la felicidad perfecta sólo está en la perfecta entrega a Dios y a los hombres, a todos los hombres’”.
Santidad en la oración
De San Annibale Maria di Francia (1851-1927), sacerdote, fundador de la Congregación de los Padres Rogacionistas del Corazón de Jesús y de las Hermanas Hijas del Divino Celo, el Papa destacó que “el amor del Señor le llevó a dedicar toda su existencia al bien espiritual del prójimo. En esta perspectiva, experimentó sobre todo la urgencia de realizar el mandamiento evangélico” de rezar por obreros para la mies.
“A los Padres Rogacionistas y a las Hijas del Divino Celo les dejó la tarea de entregarse con todas sus fuerzas para que la oración por las vocaciones fuera ‘incesante y universal’. El Padre Annibale Maria Di Francia dirige esta misma invitación a los jóvenes de nuestro tiempo, sintetizándola en su acostumbrada exhortación: ‘Enamoraos de Jesucristo’”, recordó.
El Santo Padre agregó que “de esta providencial intuición ha surgido en la Iglesia un gran movimiento de oración por las vocaciones” y pidió que el ejemplo del Padre Annibale Maria “guíe y apoye también en nuestro tiempo esta acción pastoral”.
Un apóstol de la familia
Al meditar sobre San José Manyanet y Vives (1833-1901), sacerdote, fundador de las Congregaciones de los Hijos de la Sagrada Familia de Jesús, María y José y de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazareth, el Papa dijo que se trató de un “verdadero apóstol de la familia”.
“Inspirándose en la escuela de Nazaret, realizó su proyecto de santidad personal y se dedicó, con entrega heroica, a la misión que el Espíritu le confiaba. Para ello fundó dos Congregaciones Religiosas. Un símbolo visible de su anhelo apostólico es también el templo de la Sagrada Familia de Barcelona”, indicó.
El Santo Padre pidió que “San José Manyanet bendiga a todas las familias y os ayude a llevar los ejemplos de la Sagrada Familia a vuestros hogares”.
Testimonio de misericordia
Luego, el Papa se refirió a San Nimatullah Kassab Al-Hardini (1808-1858), sacerdote de la Orden Libanesa Maronita; de quien dijo fue un “hombre de oración, enamorado de la Eucaristía, a la que le gustaba adorar durante largo tiempo”.
Lo presentó como “un ejemplo para los monjes de la Orden Libanesa Maronita, así como para sus hermanos libaneses y para todos los cristianos del mundo. Se entregó totalmente al Señor con una vida de grandes renuncias, mostrando que el amor de Dios es la única fuente de alegría y de felicidad para el hombre. Se dedicó a buscar y a seguir a Cristo, su Maestro y Señor”.
“Al acoger a sus hermanos, alivió y curó muchas de las heridas de los corazones de sus contemporáneos, testimoniándoles la misericordia de Dios. ¡Que su ejemplo sirva para iluminar nuestro camino, para suscitar entre los jóvenes, en particular, un auténtico deseo de Dios y de la santidad, para anunciar a nuestro mundo a luz del Evangelio!”, pidió el Papa .
Por la unidad familiar
El Santo Padre luego se refirió a Santa Paola Elisabetta Cerioli (1816-1865), viuda y religiosa, fundadora del Instituto de las Hermanas de la Sagrada Familia y de la Congregación de la Familia de Bérgamo
De la nueva santa, el Papa dijo que su “existencia fue fecunda en frutos de bien”. Al contemplar a la Sagrada Familia, “intuyó que los lazos de parentela son sostenidos y cimentados cuando se comparten los valores de la fe y de la cultura cristiana. Para difundir estos valores, la nueva santa fundó el Instituto de la Sagrada Familia”, recordó.
“Estaba convencida de que los hijos, para crecer con seguridad y fuerza, tienen necesidad de una familia sana y unida, generosa y estable. Que Dios ayude a las familia cristianas a acoger y testimoniar en toda circunstancia el amor de Dios misericordioso”, pidió el Papa.
La santidad pro-vida
En uno de los momentos más emotivos de la ceremonia, el Papa se refirió a Santa Gianna Beretta Molla (1922-1962), una madre de familia “sencilla pero particularmente significativa mensajera del amor divino”.
Ante sus cuatro hijos y su esposo Pietro Molla –ahora de 91 años de edad- el Papa recordó el testimonio de la italiana que conmovió al mundo al renunciar a su vida para salvar la de la bebé que esperaba, Gianna Emmanuella.
“Pocos días antes de su boda, en una carta al futuro marido, escribía: ‘El amor es el sentimiento más bello que el Señor ha puesto en el espíritu de los hombres’”, señaló el Pontífice.
“Siguiendo el ejemplo de Cristo, que ‘habiendo amado a los suyos... los amó hasta el extremo’, esta santa madre de familia fue heroicamente fiel al compromiso asumido el día de la celebración de su matrimonio. El sacrificio extremo que selló su vida testimonia cómo sólo quien tiene el valor para entregarse totalmente a Dios y a los hermanos se realiza personalmente”, indicó.
El Papa pidió que “nuestra época redescubra, a través del ejemplo de Gianna Beretta Molla, la belleza pura, casta y fecunda del amor conyugal, vivido como respuesta a la llamada divina”.
Con las canonizaciones de hoy, asciende a 483 el número de santos proclamados por Juan Pablo II.