La Iglesia Católica celebra este 24 de agosto la fiesta de San Bartolomé, uno de los Doce Apóstoles, que luego de anunciar el Evangelio fue martirizado.
Se cree que San Bartolomé murió mártir en Abanópolis (Armenia), ciudad ubicada en la costa occidental del Mar Caspio, después de haber predicado en lugares como Mesopotamia, Persia y Egipto.
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Fue en Abanópolis donde el rey Astyages de Derbent lo condenó a morir desollado, es decir que ordenó que le arrancaran la piel, para luego decapitarlo.
La Catedral de Milán acoge actualmente una escultura que es una de las atracciones más vistas por los visitantes: San Bartolomé desollado.
La imagen fue esculpida por el escultor Marco D'Agrate en 1562, y se encuentra entre los altares de la Presentación y de Santa Inés, en la parte derecha de la nave del imponente templo.
A primera vista, parece que el santo sostiene una túnica o paño, pero en realidad es otra cosa lo que porta.
"El santo, desollado vivo, lleva sobre sus hombros y alrededor de su cuerpo lo que parece un paño cuando en realidad es su piel, una clara referencia a las torturas infligidas por sus verdugos", explica el sitio web de la Catedral de Milán.
La obra de D'Agrate se enmarca en una corriente del siglo XVI que tenía gran interés en el estudio de la anatomía humana, por ello es muy detallada en los músculos y los huesos.
Al pie de la imagen se puede leer la frase: "Non me Praxiteles, sed Marcus finxit Agrates", que escribió el escultor para precisar que fue él el escultor y no Praxiteles, uno de los escultores más famosos de Grecia.
Cuando se colocó inicialmente la imagen fuera de la Catedral de Milán atrajo la atención de muchos.
Algunos años después se trasladó al interior del templo, y en 1664 se colocó en su posición actual, "un lugar más adecuado para la admiración de los inteligentes del arte", indica la Catedral.
Hasta antes de ser esculpida esta imagen, se solía representar a San Bartolomé con un libro, en alusión al Evangelio, y con un cuchillo, en referencia al martirio que sufrió.
D'Agrate esculpe el San Bartolomé desollado luego que Miguel Ángel también representara el suplicio del santo apóstol en el fresco del Juicio Final, en la Capilla Sixtina del Vaticano.