En su carta semanal el Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, se refirió a la obtención del Campeonato Nacional de Liga por el Valencia Club de Fútbol y destacó los valores formativos del deporte como “expresiones de la nueva evangelización”.
El Prelado explicó que “la llamada de la nueva evangelización nos anima a no encerrarnos en los templos, sino a abrirlos para que el deporte y todas las expresiones humanas puedan ser portadoras del mensaje de paz y amor cristiano, que tanta falta hace a nuestro mundo”.
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En su carta –titulada “El Valencia campeón”– el Arzobispo se preguntó si “¿será el Arzobispo capaz de hablar de un equipo de fútbol en su carta semanal? ¿Es cristiano dedicar tantos esfuerzos al deporte cuando subsisten graves desequilibrios y dolor en el mundo?”; y reconoció su “gran alegría” por ver que “los jugadores, directivos y miles de aficionados ofrecían su victoria a la Mare de Déu en la Basílica de la Virgen”.
La Iglesia “está abierta a todo el que llama a sus puertas: a los marginados, a los pobres, a los desamparados, y también a los astros del fútbol y a todos los aficionados que quieren compartir su alegría con su Madre, porque es humano, es auténtico y nada verdaderamente humano es ajeno a la Iglesia”, afirmó el Prelado.
El Arzobispo expresó que “no puedo sino mostrar mi profunda y sincera alegría por esta victoria futbolística que alegra a toda nuestra sociedad”; y añadió que “ser cristiano no es incompatible con ser futbolista, aficionado, directivo o entrenador”, de igual manera que “ser católico no es vivir con una doble y diferenciada personalidad que divide sin sucesión de continuidad la religión de los demás aspectos de la vida, como el trabajo o nuestros momentos de ocio”. Al contrario –agregó–, el cristianismo “se vive esencialmente en sociedad”.
“La Iglesia siempre ha concedido una enorme importancia a la educación y la cultura y, por ello, ha sabido apreciar los valores que fomentan la práctica del deporte y que son importantes cuestiones en la formación de jóvenes y adultos”, afirmó el Prelado y destacó los valores de “saber sumar, nunca restar ni dividir, el trabajo en equipo, la constancia, el sacrificio, las ansias de superación personal, la deportividad, el respeto por las reglas del juego y del contrario, así como el ‘saber perder’”.
Asimismo, el Arzobispo recordó cómo “con gran interés he leído cómo un jugador de nuestro Valencia proclama que la victoria había sido un esfuerzo de la humildad y que el dinero no lo es todo”.
“Es hermoso que estas verdades sean recordadas por futbolistas, por estrellas que tienen tanta ascendencia e influencia entre los más jóvenes”, precisó el Prelado y afirmó que expresiones como esas “son un ejemplo de auténticos campeones”.