La Conferencia Episcopal Mexicana explicó en un comunicado que no se puede permitir la clonación reproductiva ni terapéutica porque estos procedimientos instrumentalizan y cosifican al ser humano, atropellando su identidad.
“Es reprobable crear seres humanos como ‘copia’ de otros (clonación reproductiva), destruyendo el sentido de paternidad, filiación y consanguinidad; la clonación reproductiva ha sido mundialmente rechazada. Es reprobable también la creación de seres humanos como ‘depósito de refacciones’, (clonación terapéutica), aunque sea al servicio de otros seres humanos enfermos, ya que ello constituye una instrumentalización y cosificación de la persona humana”, precisaron los obispos.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El Episcopado publicó una declaración sobre la creación del Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN) y aclaró que nunca se ha opuesto a las investigaciones que busquen “mejorar la salud y la vida de los mexicanos”.
Los obispos aclararon que el problema radica en la ley de creación sorpresivamente “eliminó una cláusula que prohibía la clonación, llamada también trasplante nuclear o transferencia nuclear, y la utilización de células madre provenientes de embriones vivos”.
El Episcopado aseguró que toda investigación científica “ha de guiarse por sólidos principios morales” como “el respeto a los derechos humanos, de los cuales el primero y fundamental es el derecho a la vida y el respeto a la dignidad e integridad de cada persona humana desde su concepción hasta su muerte natural”.
“Esta dignidad inalienable exige de manera directa abstenerse de toda forma de clonación humana, la cual constituye una violación de la identidad de la persona tanto en el nivel biológico como psicológico”, precisaron.
Los obispos recordaron que las leyes mexicanas “prohíben la manipulación de los individuos humanos y aceptan que el embrión es sujeto de derechos desde el momento mismo de su concepción”.
Además, lamentan que “en el debate de las Cámaras de Senadores y Diputados, haya prevalecido un enfoque político partidista por encima del bien precioso de la vida humana y, por lo tanto, de la sociedad”.
El Episcopado aclaró que su postura “no proviene exclusivamente de una visión de fe religiosa, sino que se sustenta también en una estricta reflexión racional. Para aprovechar los avances de la ciencia es indispensable ser iluminados por criterios éticos que respeten y promuevan la dignidad de cada ser humano desde el inicio de su existencia”.
También recordaron el derecho y obligación moral de los católicos de “oponerse a participar en cualquier investigación que no respete estos principios morales. En concreto deben interponer objeción de conciencia, para no participar, ni colaborar, siquiera indirectamente, en investigaciones con células troncales humanas provenientes de embriones vivos u obtenidas mediante trasplante nuclear”.
“Recordamos que para la investigación de diversas terapias con células madre o troncales queda abierta la posibilidad lícita desde el punto de vista ético, de aislarlas de tejidos y órganos adultos, como es el cordón umbilical, la médula ósea y la placenta. Por esta vía quedan abiertas muchas posibilidades como es la creación de bancos de cordones umbilicales”, agregaron.