La Congregación de Misioneros Oblatos de María Inmaculada (OMI) celebró el inicio de un Año Jubilar por los 50 años de misión al servicio de la evangelización en Bangladesh.
En una publicación de Facebook, la congregación señaló que el 29 de julio de 1973 una delegación de oblatos misioneros llegó por primera vez y se estableció en Bangladesh.
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Según la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, la mayoría de habitantes del país asiático son musulmanes, mientras que los católicos son minoría, suelen vivir en zonas muy remotas y son pobres, pues "trabajan como jornaleros o son campesinos con pocas tierras".
En Bangladesh, los oblatos sirven principalmente a las poblaciones tribales y migrantes, y también, apoyan a los jóvenes que tienen vocación al sacerdocio y asisten al seminario.
Para celebrar los 50 años de evangelización en Bangladesh, los oblatos ofrecieron una Misa Solemne el pasado 29 de julio y dieron inicio a un Año Jubilar, que concluirá en 2023.
La Eucaristía se celebró en la parroquia de Lokhipur, en la ciudad de Moulvibazar, al noreste del país, y asistieron dos obispos, sacerdotes y cerca de 500 fieles, indicó Asia News.
El P. Ajit Victor Costa, superior de la congregación en Bangladesh, dijo a Asia News que los primeros sacerdotes oblatos, además del servicio pastoral en las parroquias, se encargaron de formar a los sacerdotes locales y a los seminaristas del Seminario Mayor de Bonani.
En la actualidad, hay 31 sacerdotes oblatos activos en Bangladesh que sirven en las Arquidiócesis de Dhaka y Chattagram, y las Diócesis de Sylhet y Rajshahi. La mayoría de ellos son de origen local y dirigen siete parroquias, dos seminarios, dos institutos y unas 40 escuelas de nivel primaria.
Entre los sacerdotes oblatos destaca el Presidente de la Conferencia Episcopal de Bangladesh y Arzobispo de Daca, Mons. Bejoy Nicephorus D'Cruze.
El P. Costa señaló que los sacerdotes oblatos continúan trabajando hasta hoy por "la formación del clero local". "A través de la oración y la enseñanza, transformamos sus vidas. Somos testigos y anunciamos con nuestra vida el Evangelio", dijo.
Asimismo, señaló que se esfuerzan porque se respeten los derechos de los habitantes, en especial, que reciban un trato digno y un salario justo por su trabajo.
El sacerdote precisó que el reto más urgente que tienen los oblatos en el país es "conseguir los fondos para continuar la labor pastoral", pues "la mayoría de las parroquias están en zonas remotas, donde vive la población tribal", que necesita de más apoyo.