Los voluntarios de la Pastoral Social Cáritas de la Arquidiócesis de Coro, en Venezuela, salieron a las calles para concientizar a la población sobre la problemática de la trata de personas y prevenir que más venezolanos sean víctimas de este delito.
De acuerdo a la Oficina de Prensa de la Arquidiócesis de Coro, esta actividad se llevó a cabo con el lema "No hay trato con la trata", e hizo hincapié "en practicar la prudencia y la seguridad al aceptar ofrecimientos por parte de personas no completamente confiables, como en los casos de migración".
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En las pancartas que portaban los voluntarios por las avenidas y el terminal de pasajeros Pólica Salas se pueden leer las frases "Infórmate, la trata de personas existe y todos podemos ser víctimas", "Dile no a la trata de personas, no te quedes callado", "Tú también puedes ser un defensor de la vida".
La jornada, llevada a cabo el 30 de julio contra la trata de personas, concluyó con el rezo del Santo Rosario en la sede de Cáritas Arquidiocesana pidiendo por los que son víctimas y por todos aquellos que trabajan para contrarrestar este flagelo.
Venezolanos víctimas de trata
La trata de personas es un delito que consiste básicamente en captar y retener a una persona a la fuerza, engaño o abuso, para explotarla sexualmente o con trabajos forzados, esclavitud, servidumbre o para extraerle los órganos.
Al respecto, en el Informe sobre la Trata de Personas, Julio 2022, del Departamento de Estado de Estados Unidos, se puede leer varios datos de venezolanos víctimas de la trata de personas.
Un caso incluido en el documento es el de Kali, quien creció en Venezuela y se le presentó una oportunidad de trabajo en Egipto, a través de una empresa de contratación internacional.
Al llegar a Egipto, fue llevada a una mansión donde el empleador le confiscó el pasaporte y se le obligó a trabajar 18 horas al día limpiando y cuidando a los niños sin ninguna remuneración.
Un día conoció a una mujer que hablaba español y le ayudó a escapar, con ayuda de un grupo de venezolanas. Actualmente Kali vive en Panamá.
De igual manera, el documento presenta reportes de diversos países en los que se describe la explotación sexual y laboral que viven muchos migrantes venezolanos, así como ciudadanos de otros países del mundo.