Mons. Jesús González Hernández, Obispo de Chilpancingo-Chilapa, en el estado mexicano de Guerrero, dijo que usar la vestimenta religiosa podría evitar el asesinato de sacerdotes católicos.
En declaraciones a la prensa el fin de semana, en el marco de la Jornada por la Paz convocada por la Iglesia Católica, el Prelado mexicano explicó que el uso de alzacuellos o sotana podría hacer que los sacerdotes ya no sean el blanco de la violencia en el país.
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Al ser preguntado sobre si va a prohibir a los sacerdotes visitar algunos sectores en su diócesis, el Obispo respondió: "No. Pero sí hay que traer nuestra vestimenta porque nos pueden confundir".
"Hay que ir identificados", precisó el Prelado mexicano
En ese sentido, explicó, "voy a decir que (los sacerdotes) lleven una identificación externa. Entonces, eso sí, yo tendría que obligar a que traigamos el alzacuello o un signo religioso".
Además, señaló que los vehículos que usen los sacerdotes deberán estar "rotulados".
"Si nos confunden que nos confundan porque ya la traen, pero que no nos vayan a confundir por equivocación", dijo el Obispo.
Al ser preguntado sobre si cree que la gente se puede levantar en armas ante la ola de violencia, el Obispo de Chilpancigo-Chilpa dijo que "no, no creo. Ni Guerrero ni México".
"En la Iglesia rezamos y rezamos para que no levante más guerra, más violencia, más muertos. No. Por ahí no va. Rezamos para que no se agarren las armas", concluyó.
Un reciente informe del Centro Católico Multimedial (CCM) revela que la violencia en México ha dejado el trágico saldo de un cardenal y 57 sacerdotes asesinados entre 1990 y 2022.
¿Por qué los sacerdotes no suelen usar sotana o clergyman en México?
Si bien la sotana y el clergyman o alzacuellos son la vestimenta común de los sacerdotes, muchos de ellos no los suelen usar cotidianamente en México.
El P. José de Jesús Aguilar, subdirector de Radio y Televisión de la Arquidiócesis Primada de México, explicó a ACI Prensa que esto tiene una razón histórica.
"Hay que recordar que en el siglo pasado existió una persecución religiosa que hizo que aparecieran leyes que prohibían el culto en lugares públicos, fuera del templo, de la iglesia, y también que se utilizaran hábitos religiosos fuera de estos recintos".
La Iglesia Católica fue duramente perseguida en la década de 1920, años en los que se dio la Guerra Cristera en la que murieron miles de católicos, muchos de ellos martirizados.
En 1926, el presidente Plutarco Elías Calles promovió la llamada "Ley Calles", según la cual era delito, entre otras cosas relacionadas con la fe, que un sacerdote se vistiera con sotana en la calle o que se enseñara religión en las escuelas.
El P. Aguilar recordó a ACI Prensa que la prohibición sería recién eliminada hacia 1992, bajo la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, cuando se restablecieron las relaciones entre la Iglesia y el Estado.
Hasta antes de eso, señaló, "muchos sacerdotes tuvieron que vestir de forma ordinaria o normal", y no podían usar "la sotana, el clergyman o en algunos casos el hábito religioso".
Sin embargo, "en algunos lugares, las religiosas, los religiosos siguieron utilizando estos hábitos y no hubo ninguna sanción de parte del gobierno", precisó el sacerdote.
Carlos Salinas de Gortari fue presidente de México entre 1988 y 1994. Durante su gobierno se derogaron algunas leyes que afectaban al clero y, en 1992 se restablecieron oficialmente las relaciones diplomáticas con el Vaticano.
"Ahora ya se puede abiertamente utilizar la sotana, el clergyman o cualquier hábito religioso en lugares públicos", concluyó el P. Aguilar.
Soy esposo desde 2008. Con mi esposa tenemos tres hijos aquí y uno que se fue al cielo en 2023, antes de nacer. Desde que me incorporé a ACI Prensa en 2005, he tenido la oportunidad de cubrir diversos eventos de la Iglesia Católica. Entre ellos, las Jornadas Mundiales de la Juventud en Colonia, Madrid y Río de Janeiro y los viajes apostólicos del Papa Benedicto XVI a México y del Papa Francisco a Corea del Sur. He sido enviado al Vaticano para cubrir los sínodos de la Familia, en 2015; de la Amazonía, en 2019 y el de la Sinodalidad, en 2023. Sigo de cerca la situación de la Iglesia Católica en Nicaragua, que sufre la persecución de la dictadura de Daniel Ortega, así como la actualidad eclesial en la región.
