El Papa Francisco invocó la intercesión de los santos Joaquín y Ana, abuelos de Jesús, para aprender a valorar a las personas mayores del mundo.

Así lo escribió el Santo Padre con ocasión de la memoria litúrgica de los santos Joaquín y Ana que la Iglesia Católica celebra cada año el 26 de julio.

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En un par de mensajes enviados a través de su cuenta oficial de Twitter @Pontifex_es, el Papa invitó a rezar "por nuestros antepasados" y a dedicar tiempo a recordarlos y conservar su legado porque cultivando las raíces se construye el futuro.

 

 

 

 

Además, al continuar con su viaje en Canadá, que realiza del 24 al 30 de julio, el Papa rezó para que los santos Joaquín y Ana "nos ayuden a honrar a nuestros abuelos y a las personas mayores" para "hacer tesoro de su experiencia" y poder construir "un futuro mejor en el que no se repita la violencia y marginación" que sufrieron las poblaciones indígenas en Norte América.

 

 

Previamente, durante el vuelo que lo transportó de Roma hacia Canadá el domingo 24 de julio, el Papa Francisco rezó el Ángelus junto a los periodistas que lo acompañaban en el avión y recordó que ese domingo se celebraba la segunda Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores. 

Luego, el Papa Francisco recordó que los abuelos y personas mayores "son los que han transmitido la historia, las tradiciones, las costumbres y tantas cosas".

En esta línea, el Papa indicó que "hoy necesitamos: volver a los abuelos -lo diré como leitmotiv-, en el sentido de que los jóvenes deben tener contacto con sus abuelos, volver a ellos, volver a sus raíces, no para quedarse allí, no, sino para llevarlas adelante, como el árbol que toma fuerza de sus raíces y la lleva adelante en flores y frutos".

En esta línea, el Papa citó una frase de un poeta argentino, Francisco Luis Bernárdez, "todo lo que el árbol tiene de flor le viene de lo que tiene de entierro, que son los abuelos".

Asimismo, el Santo Padre dijo "quiero recordar, como religioso, a los religiosos y religiosas mayores, los 'abuelos' de la vida consagrada: por favor, no los escondan, son la sabiduría de una familia religiosa; y que los nuevos religiosos y religiosas, los novicios, tengan contacto con ellos: nos darán toda la experiencia de vida que tanto nos ayudará a avanzar".

"Cada uno de nosotros tiene abuelos y abuelas, algunos se han ido, otros están vivos; recordémoslos hoy de manera especial. De ellos hemos recibido muchas cosas, en primer lugar, la historia. Gracias", concluyó en aquella ocasión el Papa.