Michelle Duppong, una mujer católica estadounidense que dedicó su vida a la evangelización y que enfrentó la enfermedad del cáncer con valentía, docilidad y confianza en Dios hasta el día de su muerte, inició su camino hacia los altares.
El Obispo de Bismarck (Estados Unidos), Mons. David Kagan, anunció a mediados de junio la apertura de la investigación diocesana para su beatificación. La investigación reunirá pruebas sobre la vida de Michelle, compilará cualquier escrito público o privado y recopilará testimonios de testigos de su vida.
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Luego la diócesis presentará el caso a la Congregación para las Causas de los Santos. Si la congregación acepta su causa, será declarada Sierva de Dios.
Nacida en 1985, Michelle creció en Haymarsh, Dakota del Norte. Obtuvo un título en horticultura en la Universidad Estatal de Dakota del Norte en 2006. Después de graduarse sirvió por seis años como misionera de FOCUS, un programa de extensión católica para estudiantes universitarios estadounidenses.
En esa etapa fue mentora de cientos de estudiantes en los campus universitarios, y finalmente fue asignada al primer equipo FOCUS en la Universidad de Mary, en Bismarck.
Desde el 2012 se desempeñó como directora de formación en la fe de adultos en la Diócesis de Bismarck. Sin embargo, en diciembre del 2014 recibió un diagnóstico de cáncer ovárico en etapa 4 y su salud se deterioró rápidamente.
Durante 12 meses, hubo cirugías y estadías en el hospital, hasta que enviaron a Michelle a casa cuando no se podía hacer nada más.
Michelle falleció el 25 de diciembre de 2015, a los 31 años, iniciando "un viaje de un año que trajo muchas alegrías en medio de las penas y el sufrimiento", según indica su obituario.
Y agrega: "Ella recibió todo con un espíritu dócil, orando para que se hiciera la voluntad del Señor y confiando en su providencia. Aunque a menudo se sentía impotente acostada en una cama de hospital, el último año de su vida terrenal lo pasó en un servicio completo al Señor, continuando su trabajo más fructífero como una de las siervas de Dios y derramando su amor en quienes la rodeaban".
Mons. Kagan dijo el 16 de junio que "la santidad de vida y el amor por Dios de Michelle ciertamente nos conmovió aquí en la Diócesis de Bismarck, en la Universidad de María y en todo FOCUS, pero el suyo también es un testimonio que también debe compartirse con la Iglesia Universal".
Por su parte, Mons. James Shea, presidente de la Universidad de Mary, dijo que ella fue "una mujer radiante y alegre con el corazón de una verdadera sierva".
"Para los estudiantes de nuestro campus, ella fue una inspiración y una valiosa mentora, enseñándoles con su ejemplo el poder transformador de la amistad con Dios".
Mons. Shea explicó al National Catholic Register que Michelle "tenía una fe inquebrantable en el poder de Dios y la intercesión de la Santísima Madre para traer almas a Jesús, lo que era su principal preocupación".
Además, aseguró que "una de las grandes lecciones que nos imparte la vida de Michelle fue la manera hermosa en que ella entró en el sufrimiento de Jesús".
"Qué hermoso tener el ejemplo de alguien que aceptó, con serenidad, tanto las alegrías como los sufrimientos de su vida. Michelle nunca se olvidó del poder del sufrimiento redentor", explicó.
Según Mons. Kagan lo que lo impulsó a iniciar la fase diocesana de la causa de beatificación fueron las "dos virtudes más obvias" de Michelle: "su fe gozosa y su aceptación incondicional de la voluntad de Dios para ella".