Con motivo de la solemnidad de Santiago Apóstol, patrón de España, el Arzobispo de Santiago de Compostela (España), Mons. Julián Barrio, subraya que "la cultura cristiana es una contracultura en esta sociedad compleja, mareante y contradictoria". Una fe que ha de vivirse "sin complejos ni disfraces, en escucha y en diálogo".
Al celebrar la Misa con ocasión de la fiesta de Santiago Apóstol este 25 de julio en la Catedral de Santiago de Compostela, donde de acuerdo a la tradición se conserva el sepulcro del apóstol, Mons. Barrio recuerda que "el cristianismo es realidad de vida en Cristo que configura nuestra identidad cristiana".
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En este sentido, incide en que "llenar nuestro vacío con lo inútil, arrancando las raíces de nuestro origen, es una pretensión vana que dificulta construir la ciudad de Dios".
A su juicio, "el cristiano no está hecho para recluirse en un rincón y resignarse a vivir encerrado en un fragmento de la realidad" porque "la vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad".
El Arzobispo de Santiago de Compostela añade que "la verdadera, la gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos sigue amando hasta el extremo".
A lo largo de la homilía, el Prelado ha destacado que "el apóstol Santiago dio testimonio de que en Cristo comienza, tiene un sentido, orientación y cumplimiento, toda la historia" y que "en Él se ha dicho todo".
Europa significará "poca cosa" sin Cristo
Mons. Barrio ha realizado una reflexión sobre el patriotismo, al asegurar que "la gloria de cada hombre y el destino de un país dependen del coraje de aquellos hombres y mujeres que, desterrando la tristeza y cultivando la alegría, se olvidan de sí mismos para pensar en el otro, en los otros y en Dios".
En este sentido, ha añadido que "los cristianos hemos de afrontar los retos de la historia con la plenitud del amor, la fecundidad de la cruz y el espíritu de las bienaventuranzas".
Respecto a Europa, el Prelado ha pronunciado palabras que recuerdan al discurso sobre la identidad europea que San Juan Pablo II pronunció el 9 de noviembre de 1982: "Vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces".
En esta senda argumental, Mons. Barrio considera que "en medio de la incertidumbre europea, si Europa debe seguir existiendo en el futuro, si el mundo aún necesita a Europa, esta deberá mantener su identidad histórica determinada por la figura de Cristo".
"Más aún, debe convertirse con seriedad renovada en lo que ella misma es según su propia esencia. Si abandona ese núcleo, lo que aún perviva de ella no significará demasiado".
Ofrenda del Rey de España al apóstol Santiago
Por su parte, el Rey Felipe VI, acompañado de la Reina Leticia, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, ha renovado el voto al apóstol Santiago.
"La Corona cumple en este Día de Santiago con una tradición muy querida que mantiene desde 1643 en tiempos del rey Felipe IV y que se adapta a los tiempos sin dejar de respetar y perfeccionar su esencia", ha sostenido el monarca.
En su alocución, Felipe VI ha destacado el valor trascendente del camino que vertebra Europa y que conduce a la tumba del apóstol Santiago: "Peregrinar hoy conserva su sentido principal. Contribuye a que lo material pase a un segundo plano y que el alma recupere todo su protagonismo".
"Hoy volvemos a Santiago, donde convergen todos los caminos. Es un final, significa el cumplimiento de una promesa, de un objetivo, un anhelo personal o familiar, una meta. Pero también es un comienzo de nuevas actitudes, propósitos, compromisos, de una nueva vida", ha señalado el Rey de España.
A su juicio, "el valor de un camino trasciende el plano puramente material para adentrarse por completo en el simbólico. Un camino conecta lugares, bien sea cercanos o lejanos, y supera distancias y hace lo propio con las personas. Las vincula la relación, las hermanas. Y en esta catedral donde nos encontramos, se pone de manifiesto el enorme valor material y simbólico del camino".
"Esta Plaza del Obradoiro se halla geográficamente en la periferia de Europa, pero emocionalmente está en su corazón", ha subrayado Felipe VI.