Al recibir esta mañana a los participantes en la Asamblea General de las Pontificias Obras Misioneras, el Papa Juan Pablo II destacó su labor como “auténticos misioneros en un mundo globalizado” y exhortó a “seguir descubriendo nuevos caminos para el anuncio del Evangelio”.
El Santo Padre agradeció a quienes colaboran en la “transmisión de la Buena Nueva hasta los confines del mundo” y pidió “tener una consideración especial” por las poblaciones del “llamado Tercer Mundo”, donde “el dolor y las necesidades son mayores”.
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“Sois los cirineos que ayudan al Salvador a llevar su Cruz en cada persona que sufre y que muere. Sois auténticos misioneros en un mundo globalizado, en el que el sufrimiento por la búsqueda de la Verdad y la Justicia supera todos los confines nacionales”, afirmó el Pontífice.
“Cuando os angustiáis por los sufrimientos de otros pueblos –añadió el Papa– y tratáis de aliviar sus enormes necesidades, estáis trabajando también para ayudar a vuestros mismos pueblos a salir de las estrecheces del egoísmo, del sentirse sofocados por la abundancia, la vacuidad y las actitudes a veces indignas de los seres humanos”.
Asimismo, el Santo Padre expresó su alegría al saber que están actualizando los estatutos de las Pontificias Obras Misioneras. “Esto manifiesta la voluntad de seguir realizando cada vez mejor vuestra misión de ‘misericordia y de paz’”, afirmó el Papa.
Juan Pablo II resaltó que “el objetivo de la asamblea general de vuestro Consejo Superior es la búsqueda de las vías del Señor para llevar a cabo una misión renovada en un mundo en continuo cambio”.
“Os mueve el ansia de transmitir amor y misericordia a todas las personas. Os exhorto a colaborar, como ya estáis haciendo, con la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, para seguir descubriendo ‘nuevos caminos’ para el anuncio del Evangelio. La animación y la cooperación misionera son en definitiva la razón de ser de vuestra existencia y el único objetivo de vuestra incansable 'preocupación por todas las Iglesias’, para la salvación del mundo”, concluyó el Santo Padre.