La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) informó que entre mayo y junio de 2022 fueron asesinados al menos 68 cristianos en solo uno de los 36 estados que conforman Nigeria, sin contar a otras miles de personas secuestradas o desplazadas.
"Naturalmente, tener que vivir esta situación es terrible para mí y para mi pueblo", dijo a ACN el Obispo de Makurdi, Mons. Wilfred Chikpa Anagbe, quien dirige una de las diócesis que comprenden el estado de Benue, donde ocurrieron los asesinatos.
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En un informe enviado a la fundación pontificia, el Prelado lamentó la inacción del Gobierno y denunció que la violencia sigue siendo ejecutada por terroristas de la tribu fulani, que son mayoritariamente musulmanes.
"Resulta revelador que el actual Gobierno nigeriano siga sin hacer nada ante estos persistentes ataques, salvo dar razones risibles como el cambio climático o que en los ataques también mueren asesinados musulmanes a manos de los llamados bandidos", criticó el obispo.
ACN precisó que estos ataques, que se remontan a siglos atrás, siempre se dan contra comunidades campesinas mayoritariamente cristianas de la región central de Nigeria.
Según Mons. Anagbe, los terroristas se camuflan bajo la apariencia de pastores nómadas para "ocultar" el verdadero propósito de sus ataques, que es expulsar a los cristianos de sus tierras.
"La magnitud de los asesinatos, los desplazamientos y la destrucción arbitraria por parte de estas milicias yihadistas fulani no hace más que reforzar una agenda política, ahora puesta de manifiesto, de expulsar a las comunidades cristianas de Nigeria y apoderarse de sus tierras", explicó.
El Prelado dijo que esta situación ha causado "una grave e insostenible escasez de alimentos" y lamentó que muchas familias tengan que sobrevivir solo por la caridad.
"Esta precariedad hace que muchos vivan en condiciones incompatibles con la dignidad humana, dependiendo a menudo de raciones de comida aportadas por personas cuya condición económica no es en absoluto mejor", dijo Mons., Anagbe.
Markudi, la ciudad capital de Benue, alberga actualmente alberga al 80% de los desplazados de ese estado. A pesar de las dificultades, la Diócesis de Makurdi hace lo posible para aliviar el sufrimiento y las necesidades, entregando alimentos y bienes de primera necesidad.
Hace apenas unas semanas, la comisión diocesana de Justicia, Desarrollo y Paz distribuyó donaciones de alimentos y ropa a más de 1.800 personas de uno de los campos de desplazados, detalló ACN.
La diócesis también otorga becas a decenas de niños desplazados que necesitan educación.
Desde el 2009, cuando surgió la insurgencia del grupo terrorista Boko Haram con el objetivo de convertir el país en un estado islámico, Nigeria vive una situación de inseguridad. La situación de inseguridad se ha complicado aún más por la participación de los pastores fulani.
Al menos 4650 cristianos nigerianos fueron asesinados por su fe en 2021 y casi 900 en los primeros tres meses de 2022.
Nigeria está clasificado como el séptimo peor país del mundo para ser cristiano, según la ONG Open Doors. Algunas organizaciones humanitarias y expertos incluso señalan que la persecución de cristianos en la nación más poblada de África constituye un genocidio.