El Arzobispo de Medellín (Colombia), Mons. Ricardo Tobón Restrepo, llamó a poner en marcha el "itinerario catecumenal para la vida conyugal" propuesto por el Vaticano, pues uno de los retos actuales de la Iglesia son "los tantos jóvenes que no quieren casarse" y otros que lo hacen sin conocer qué significa el sacramento.
En un artículo publicado en el sitio web de la Conferencia Episcopal de Colombia, el Prelado se refirió al documento "Itinerario catecumenal para la vida matrimonial" del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, del 15 de junio de 2022.
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Este documento, destacó Mons. Tobón, ofrece un itinerario "diseñado para ayudar a los jóvenes a comprender y celebrar el sacramento y para animar a los esposos en su vida matrimonial".
El Arzobispo dijo que "debemos comenzar por hacernos conscientes del grave reto que tenemos con tantos jóvenes que no quieren casarse, con otros que se casan sin saber qué hacen, con la corta duración de muchos matrimonios y con los problemas de validez de no pocas celebraciones matrimoniales. Todo por falta de evangelización".
En ese sentido, explicó que el documento propone "preparar el terreno" hacia el matrimonio "iniciando el trabajo con los niños, los adolescentes y los jóvenes, plantando semillas cuyos frutos se verán más adelante".
"La propuesta no es simplemente renovar la preparación inmediata al matrimonio, sino de plantear una pastoral vocacional que anuncie a los niños y a los adolescentes la vocación matrimonial", indicó.
El Arzobispo de Medellín señaló que "una preparación rápida de los novios, poco antes de la celebración del rito, no es suficiente hoy para que la Iglesia pueda hacerse cargo de los que el Señor llama a casarse y a construir una familia cristiana".
"Con una preparación superficial, las parejas corren el riesgo de celebrar matrimonios nulos o con cimientos tan frágiles que no resisten el paso del tiempo", indicó.
Un itinerario antes y después de la boda
En su artículo, Mons. Tobón Restrepo destacó la propuesta del documento vaticano de que parejas de esposos colaboren en la formación de los novios, pues "su experiencia les permitirá ofrecer comprensión, acogida y gradualidad en este recorrido dirigido aun a parejas que ya conviven".
Pero además, "así como para el Bautismo de los adultos el catecumenado es parte del proceso sacramental –indicó–, también una sólida preparación debe ser parte integrante de la celebración del Matrimonio", por lo que "se propone un completo replanteamiento del acompañamiento pastoral de novios y esposos".
El Prelado explicó que el "catecumenado matrimonial", en su primera fase, "debería durar alrededor de un año y comenzar con un 'rito de compromiso'. La segunda fase debe incluir unos meses de preparación más inmediata y un retiro previo antes de la boda".
"La tercera fase de asistencia a los recién casados debería durar dos o tres años. Es un camino que debe poner en el centro la fe y el encuentro personal con Cristo y debe incluir varias etapas: reflexión, diálogo, oración, comunidad, vida litúrgica, celebraciones", indicó.
El Arzobispo dijo que tal vez no se puedan "poner en marcha de un modo inmediato este itinerario completo, pero sí debemos comenzar a dar los pasos que nos permitan hacerlo en un futuro no lejano".
"Comprendamos que podemos estar ante una nueva etapa que nos permita tener esposos que vivan de verdad el sacramento y familias que sean en serio iglesias domésticas. Pero, esta esperanza nos exige fe y responsabilidad para hacer un profundo replanteamiento de la pastoral familiar", señaló.