Si bien Santo Tomás suele ser recordado por su "incredulidad" tras ver a Cristo Resucitado, el P. Juan Carlos Vásconez destacó una serie de virtudes del apóstol que pocos católicos conocen y que se pueden imitar para alcanzar la santidad.
En declaraciones a ACI Prensa, el P. Vásconez, del proyecto 10 Min con Jesús, un servicio que enseña a hacer oración con meditaciones diarias enviadas especialmente por WhatsApp, dijo que el santo apóstol es muy cercano a su vida ministerial.
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"Cuando me ordené sacerdote, la primera meditación que di en mi vida fue sobre Santo Tomás", dijo y señaló que si bien algunos suelen mostrar al santo como "melancólico", la realidad es que la Biblia demuestra que era un apóstol "en especial simpático".
"Los pocos datos que nos brindan los Evangelios revelan que Santo Tomás tenía una personalidad muy humana y llena de franqueza", y que "tanto sus aciertos como sus debilidades manifiestan a un hombre claro y sencillo, algo rudo, pero recto y noble".
Según explicó el sacerdote, el santo no tenía "los matices de algunos intelectuales", sino que iba "directo al meollo de la cuestión, cueste lo que cueste".
"Esto es muy claro cuando aparece en el pasaje del Evangelio, donde anima a los demás a ir a morir con Jesús. No es la reacción de un cobarde la suya", recordó.
El sacerdote se refirió a cuando Jesús decidió viajar a Betania para ver a Lázaro y todos los apóstoles, menos Santo Tomás, se horrorizaron e intentaron desanimarlo, porque el lugar estaba cerca de Jerusalén, de donde habían huido días atrás para evitar que asesinen a Jesús. "Vayamos también a morir con él", dijo Santo Tomás, según relató San Juan.
En relación a la famosa escena de la "incredulidad", el P. Juan Carlos destacó la franqueza y lealtad del santo a Cristo y a los otros apóstoles.
"Sus mismos errores -la famosa incredulidad- nos revela un hombre que sufre en su oscuridad, pero que no se separa de sus amigos", señaló.
El sacerdote también dijo que el apóstol tiene una intervención importante en la Última Cena, donde hace una franca pregunta a Cristo.
La Biblia narra que "Jesús ve preocupados a los suyos y les dice: 'No se turbe su corazón. Crean en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas, si no, se los hubiera dicho, porque voy a prepararles un lugar; y cuando haya marchado y les haya preparado un lugar, de nuevo vendré, y los llevaré junto a mí para que donde yo estoy, estén también ustedes, a donde yo voy, saben el camino", recordó.
"Es entonces cuando Tomás interviene con ímpetu: 'Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?'", agregó.
El P. Juan Carlos explicó que cuando Santo Tomás "pregunta por el camino para seguir al Señor, se advierte que lo hace con sinceridad y no como una vaga inquietud intelectual".
"Una vez más es patente el poco entendimiento que los apóstoles tienen de Jesús, manifestado con la sencillez de Tomás. Jesús dice que ya están suficientemente formados, y ya saben el camino. Pero Tomás, y los demás con él, manifiestan que no lo saben y no entienden", dijo.
El sacerdote afirmó que el santo también sufrió mucho por la partida de Jesús por el gran amor que le tenía.
"Algo le duele en lo más íntimo, pues Jesús ha dicho que va a marcharse, les va a dejar, aunque vuelva con muy buenos dones. Tomás no quiere separarse del Maestro que ha transformado su vida de una manera tan radical. Le ama de veras, aunque no le comprenda en toda su plenitud. Su amor por Jesús es pleno", dijo.
Además, dio una posible explicación de por qué el santo fue el último apóstol en ver a Cristo Resucitado. La "tardanza" del apóstol "en volver con los suyos muestra el dolor del que está dispuesto a morir por aquel a quien quiere, pero que, de hecho, fue cobarde y huyó. No se sabe perdonar a sí mismo y el dolor le impide la vuelta", señaló.
El P. Juan Carlos también destacó que hasta los "silencios" de Santo Tomás "expresan algo de agradable, pues no se pronuncia cuando no hay nada que decir, pero si es necesario sus palabras son de una intensidad que no dejan indiferente a nadie".
Estos rasgos del santo "nos revelan a un hombre de bien, aunque tuviera defectos", así como a "un hombre duro y fuerte, sencillo y franco, fiel, que hasta en sus errores transmite su nobleza. Un santo atractivo, que a todos nos gustaría imitar", concluyó.