El Obispo de Córdoba, España, describe la parábola del buen samaritano como "un autorretrato del mismo Jesús y de su obra redentora" en la carta semanal dedicada a la perícopa del evangelio que se proclama el decimoquinto domingo del tiempo ordinario.
Mons. Demetrio Fernández explica que el buen samaritano que se apea de su caballo, carga con el dolor de su prójimo y lo llevó a la posada es Jesucrito que "se ha abajado hasta nosotros, incluso despojándose de su rango".
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Por puro amor "nos ha sanado con los sacramentos, ha cargado sobre sí el peso de nuestros males (culpables o inculpables) y nos ha llevado a la posada, que es la comunidad cristiana, la Iglesia" incide el Prelado.
Como Jesús termina el relato diciendo "anda y haz tú lo mismo", Mons. Demetrio se detiene a explicar que esta es la actitud cristiana que debe interpelar al cristiano: acercarse al que sufre, compartir sus sufrimiento, ofrecerle lo que esté a nuestro alcance e "incorporarlo a la comunidad eclesial, donde sea acogido y amado para seguir su camino de rehabilitación".
El Obispo anima a edificar "una Iglesia samaritana" capaz de detectar las necesidades del prójimo y salir a su encuentro "con las actitudes de Jesús, el buen samaritano".
¿Quién es mi prójimo?
Por otro lado, Mons. Fernández aborda la cuestión sobre cómo identificar al prójimo en su carta: "Es aquél a quien tú, movido por la caridad de Cristo, te acercas", porque "prójimo no es porque él está cerca de ti, sino porque tú te acercas a él", resume el prelado.
En este sentido, el obispo lamenta que veamos "todos los días y a todas horas situaciones límite" a las que "quizá nos hemos acostumbrado" y por eso no reaccionamos como el samaritano de la parábola.
Pese a que tampoco estamos llamados a ""remediar todos los males del mundo", el Obispo de Córdoba advierte que los males del mundo deben operar en los fieles como "una provocación a nuestra manera de vivir, a nuestra manera de usar los bienes de este mundo, a nuestra comodidad y egoísmo".
En consecuencia, Mons. Demetrio Fernández anima a que "con toda humildad, nos acerquemos al que sufre por cualquier causa".