Un sacerdote exorcista responde a la inquietud de si las personas que realizan o se someten a un aborto pueden quedar poseídas por un demonio.
Entrevistado por ACI Prensa, el P. Francisco Torres Ruiz, sacerdote de la diócesis de Plasencia (España) y encargado del ministerio del exorcismo, precisó que "una cosa es abrir una puerta, un canal de comunicación al diablo, que eso se hace a través de prácticas ocultistas de Espiritismo o de estas terapias de la New Age".
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"Y otra cosa es que por el pecado el demonio pueda tener un dominio más fácil, o someter a su voluntad a esa persona", dijo.
"Hay cosas que por el pecado nos debilitan" y las personas que caen en pecado mortal "espiritualmente están muertas", advirtió.
Estas personas, continuó, "son más propensas a que el diablo las pueda dominar, las pueda someter no físicamente pero sí espiritualmente, apartándolas de Dios y luego pues llevándolas a su propia condenación".
"Eso es una cosa y otra cosa es abrir una puerta a una comunicación al diablo", reiteró.
Sin embargo, el P. Torres Ruiz indicó que "cuando tú juntas estos dos elementos, es decir que estés debilitado y muerto por el pecado y además entres a estas prácticas, pues es más normal que el diablo entre con más violencia en tu vida, bien sea por una vejación, bien sea por una posesión diabólica".
El sacerdote español indicó que "las personas que abortan o que colaboran en el aborto no es que se vean acechados por el demonio, sino que ya son reos del mismo demonio, primeramente porque están en excomunión", pues "el pecado de aborto es un pecado Que lleva la excomunión latae sententiae", es decir inmediata, sin necesidad que alguien la declare.
Al estar excomulgada, continuó, la persona queda "privada de la Vida Eterna, privada de los bienes de la Gracia y de cualquier auxilio espiritual que la Iglesia pueda darte".
De esa forma, dijo, "estás a merced del demonio, de lo que el demonio quiera hacer contigo".
Peores aún, dijo, son los casos en los que el bebé abortado "es ritualmente ofrecido al demonio, como ocurre en muchas sectas y como ocurre en muchos abortorios".
Desde 2015, el Papa Francisco concedió que todos los sacerdotes del mundo puedan absolver el pecado del aborto, algo que hasta entonces solo podía hacer un obispo o los presbíteros que este autorizara.