A sus 72 años, Álvaro y su mujer María del Rosario han viajado a Roma desde Madrid (España), para dar su testimonio acerca de la importancia de la transmisión de la fe de los mayores a los jóvenes en el X Encuentro Mundial de las Familias

Álvaro es presidente nacional de Vida Ascendente, un Movimiento Laical de personas jubiladas y mayores, y jamás se habría imaginado que la historia de su padre, que pasó hace tantos años, iba a contarse en un día como hoy en Roma ante más de 2.000 personas.

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"Mi intención es transmitir a los mayores esperanza en un un tema que genera mucho dolor y desconcierto, que es cuando una persona está tratando de transmitir su fe a sus hijos y a sus nietos y no lo consiguen", explicó Álvaro a ACI Prensa.

"Para consolar y esperanzar a los mayores a que no dejen de dar su testimonio, he podido contar lo que le pasó a mi padre, que se pasó toda su vida dando testimonio de aquel milagro que él había vivido".

 

 

Un milagro entre lágrimas

Durante la Guerra Civil española, el padre de Álvaro se sintió atraído por las juventudes comunistas. Luchó en contra de la religión y las iglesias y terminó encarcelado durante más de 6 años. 

Al salir de prisión se enamoró de su mujer, que era diez años más mayor que él, y pronto se casaron. Después de 3 abortos, nació Álvaro. Sin embargo, a los pocos meses el bebé enfermó con pulmonía doble.

El padre de Álvaro, en medio de la desesperación por ver a su hijo enfermo, sintió la necesidad de acudir a una iglesia.

Sin saber apenas rezar, llegó a una iglesia a medianoche para rogar a Dios por la vida de su hijo. 

De pronto, un sacerdote se acercó a él y le preguntó qué le ocurría. El sacerdote, al escuchar su historia le dijo: "No sabes rezar, caballero, pero hoy has rezado más que yo: vete a casa".

Y esa misma noche, al llegar a casa, su mujer le dijo que su hijo volvía a respirar sin ninguna dificultad y que la fiebre había desaparecido. Los médicos no encontraron ninguna explicación.

"Estaba vestido de cura, pero estoy seguro de que era un ángel", contó Álvaro a ACI Prensa.

"Mi padre no vio a sus hijos acogerse en la fe y no decayó en ningún momento. Y años después, la semilla que él había puesto estaba ahí, y cuando al Señor le pareció bien, la hizo crecer", aseguró Álvaro. 

"En el tiempo de llorar nos visitó el Señor"

A partir de esta experiencia de encuentro con el Señor, el padre de Álvaro comenzó su camino de apostolado, que le sirvió como ejemplo a Álvaro y su mujer María del Rosario para poder afrontar todas las dificultades de la vida.

Entre estas dificultades, la mayor fue ver enfermar espiritual y físicamente a su hija Eva, que pasó varios meses en coma por un aneurisma en la cabeza. 

Además, durante un tiempo huyó a una comuna donde vivió alejada de su familia, hijos y también de Dios, llegando incluso a querer terminar con su vida.

El ejemplo y la fe que Álvaro aprendió de su padre le ayudó a nunca dejar de confiar en el Señor y esperar con paciencia y esperanza la recuperación de su hija Eva. 

"Ahora nuestra misión es acompañar a nuestra hija a la casa del Padre con todo lo que conlleva", aseguró el matrimonio. 

De alguna manera, Álvaro volvió a repetir la historia de su padre, rezando al Señor por la recuperación de su hija. "No teníamos ninguna certeza de nada. Estábamos convencidos de que se iba a morir. No pedíamos al Señor por su curación, sino por su salvación". 

Pero el Señor tenía sus planes, y esa es nuestra misión y tarea ahora, cuidar de nuestra hija. Y ahora sabemos que el Señor nos cuidó siempre, y a ella ahora la vemos feliz, aunque dentro de sus limitaciones".

Su hija se va recuperando poco a poco, y hace apenas un año dos de sus hijos fueron bautizados. Además, uno de ellos fue adoptado por su tío, el hermano de Eva. 

Las certezas de fe

El matrimonio español aseguró que "el Señor está con nosotros cada día. Y para tener certeza de eso, no hay mejor cosa que hacer memoria. Si uno mira hacia atrás en su vida, encontrará ocasiones en las que ha sido consciente de que el Señor estaba a su lado". 

"Quizá no eres consciente en ese momento, pero después te das cuenta. Hay distintas ocasiones en las que tienes fe cierta de que el Señor estaba contigo, y eso es lo que fortalece la fe. Si uno tiene esas certezas de fe, que ponga los ojos en el Señor, confíe y siga caminando", dijo Álvaro. 

"Aunque no quiere decir que coincida con lo que queremos, el Señor juega con nuestros planes, aunque lo que esté pasando no lo entiendas en el momento", aseguró.

"El amor es darse"

"Cuando la pareja mide su relación en función de lo que el otro le hace felíz, lo más seguro es que se rompa. Porque es imposible que te esté haciendo felíz siempre", explicaron a continuación los esposos.  

"Pero si la pasión de la pareja es hacer felíz al otro, es casi imposible que se rompa. Porque lo que estás buscando es encontrar la manera de hacer al otro felíz. El amor es darse, y cuando el amor se entiende desde el don, las parejas en las circunstancias difíciles se unen más".

"Esperamos que este Encuentro de las Familias sirva para lo que pretende el Papa, cambiar la mirada hacia los mayores, que serenemos el ánimo y veamos la realidad con serenidad, realismo y sensatez", concluyeron.