Este 22 de junio, día en que se celebra la fiesta de Santo Tomás Moro, destacado político, profesor de leyes y abogado católico, buscamos responder cuáles son las principales enseñanzas de este santo a los profesionales del derecho y la política del siglo XXI.
Tomás Moro, patrono de los políticos y los gobernantes, solía decir que "el hombre no puede ser separado de Dios, ni la política de la moral".
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El abogado y magíster en derecho, Alberto González Cáceres, presidente del Centro de Estudios Jurídicos Santo Tomás Moro de Perú, destacó de este santo su férrea "defensa de la conciencia y de la verdad".
"Me refiero a la única verdad: La que nos dice Yo soy la verdad, el camino y la vida. No la verdad relativista del mundo actual que no duda en justificar sus vicios con 'verdades' a medias y nos presenta caminos falsos", explicó en una concedida a ACI Prensa.
El abogado comentó que si bien Tomás Moro fue un abogado con "mucho talento jurídico", antes que eso fue "un hombre de familia promedio, muy dedicado a su esposa y a sus hijos y comprometido con sus obligaciones profesionales".
"En concreto era un hombre recto", subrayó.
Tomás Moro nació en Londres en 1477. Se graduó en la Universidad de Oxford como abogado e hizo una carrera exitosa que terminó llevándolo al parlamento inglés y luego a ocupar el cargo de canciller de Enrique VIII, el rey de Inglaterra.
Estuvo casado con Jane Colt, con quien tuvo cuatro hijos; también es recordado por defender con su vida la indisolubilidad del matrimonio.
Tomás Moro fue encarcelado y murió mártir por mantenerse fiel al primado del Papa y por no aceptar que Enrique VIII se separara de la Iglesia Católica para divorciarse y contraer nuevas nupcias.
"En la medida que Enrique VIII se va entregando a sus pasiones y en que el mundo de su época se entrega con poca oposición al poder y a las leyes que justificaban sus inmoralidades, aparece el momento de los hombres de verdad. Aquellos que no se subyugan ante el poder efímero y la lisonja a los poderosos", comentó González.
"Ante dichas circunstancias, Santo Tomás Moro entrega su vida en defensa de su propia conciencia. Su recta conciencia que le obligaba a permanecer firme en la defensa de la verdadera Iglesia de Jesucristo: La Iglesia Católica, Apostólica Romana", resaltó.
Luego de pasar 14 meses en prisión, Tomás Moro fue decapitado y partió a la Casa del Padre como mártir el 6 de julio de 1535. En el patíbulo, antes de ser ejecutado, el santo dijo ante la multitud: "Muero como buen servidor del rey, pero primero servidor de Dios".
Para González, lo que más le llama la atención de su santo patrón "fue su firmeza durante su largo martirio".
"Su firmeza mientras está preso, solo y abandonado en la torre de Londres y su brillo y total calma cuando finalmente es decapitado", dijo.
Finalmente, el abogado católico recordó que "los cristianos estamos llamados a ser otros Cristos", como lo consiguió Tomás Moro.
"Él el modelo del mártir, pero enfoquemos el martirio no como la muerte que culmina nuestras vidas terrenas", dijo.
"Me refiero al martirio del hombre que se niega a sí mismo por amor a su esposa, el martirio del hijo que se niega por amor a sus padres, el martirio del gobernante por amor y bien de su pueblo, el martirio del funcionario que hace lo correcto por el bien de la comunidad", expresó.
González subrayó que eso "es lo que nos enseñó Jesucristo y su madre María Santísima".