El Cardenal Walter Kasper, un influyente teólogo considerado como muy cercano al Papa Francisco, ha advertido que el "Camino Sinodal" alemán está en peligro de autodestruirse si no atiende a las crecientes objeciones de obispos de diversas partes del mundo.
El Cardenal dijo además que los organizadores del Camino Sinodal estaban usando un "truco perezoso", que en efecto constituía un "golpe de estado" que podría resultar en una renuncia colectiva, informó CNA Deutsch, agencia en alemán del Grupo ACI.
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El Cardenal de 89 años es Presidente Emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, y fue obispo de Rottenburg-Stuttgart, al suroeste de Alemania.
El Purpurado habló en una jornada de estudio virtual el domingo 19 de junio, en el marco de la iniciativa "Nuevo Comienzo" (Neuer Anfang), un movimiento de reforma crítico del "Camino Sinodal".
El Cardenal Kasper advirtió que la Iglesia Católica no es una sustancia que puede ser "remodelada y remodelada para adaptarse a la situación".
En abril, más de 100 cardenales y obispos de diversas partes del mundo publicaron una "carta abierta fraternal" a los obispos de Alemania, advirtiendo que los cambios radicales en la enseñanza de la Iglesia que promueve el Camino Sinodal pueden conducir a un nuevo cisma que surja de Alemania.
En marzo, una carta abierta de los obispos nórdicos expresó alarma sobre el proceso sinodal, y en febrero una fuerte carta del presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Polonia motivó serias preocupaciones.
Esas preocupaciones, dijo el Cardenal Kasper en su discurso, "serán repetidas y reafirmadas y, si no les prestamos atención, romperán el cuello del Camino Sinodal".
Para el Purpurado, "el pecado original del Camino Sinodal" fue que no se basó en la carta que el Papa Francisco envió a la Iglesia Católica en Alemania, con su "propuesta de ser guiada por el Evangelio y la misión básica de la evangelización".
En vez de eso, el proceso alemán, iniciado por el Cardenal Reinhard Marx, Arzobispo de Munich y Freising, "tomó su propio camino con criterios en parte diferentes", dijo el Cardenal Kasper.
En junio de 2019, el Papa Francisco envió una carta de 19 páginas a los católicos alemanes, alentándoles a enfocarse en la evangelización frente a una "creciente erosión y decaimiento de la fe".
El presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Mons. Georg Bätzing, ha rechazado repetidamente todas las muestras de preocupación sobre el Camino Sinodal, y en su lugar expresó su decepción sobre el Papa Francisco en mayo de 2022.
En una entrevista publicada a inicios de junio, el Papa Francisco reiteró que le dijo al líder de los obispos católicos de Alemania que el país ya tenía "una muy buena iglesia evangélica" y que "no necesitamos dos".
"El problema surge cuando el camino sinodal proviene de las élites intelectuales, teológicas, y está muy influenciado por las presiones externas", dijo el Santo Padre en esa entrevista.
Mons. Bätzing, que también sirve como presidente del "Camino Sinodal", es además firmante de la "Declaración de Frankfurt". Esta petición exige que los obispos alemanes declaren su compromiso de implementar las resoluciones aprobadas por el proceso.
El 19 de junio, el Cardenal Kasper criticó esta presión de "compromiso", diciendo que era "un truco y, además, un truco perezoso".
"Solo imagina a un servidor civil que se permite a sí mismo ser nombrado, luego renuncia al ejercicio de sus obligaciones legales", dijo el Cardenal.
"Él seguramente se enfrentaría a procedimientos en virtud de la ley del servicio civil. En última instancia, tal autocompromiso equivaldría a una renuncia colectiva de los obispos. Constitucionalmente, todo el asunto solo podría llamarse un golpe de estado, es decir, un intento de golpe de estado".
La Iglesia Católica, subrayó el Cardenal Kasper, nunca puede ser gobernada sinodalmente: "Los sínodos no pueden ser hechos permanentes institucionalmente".
En vez de eso, dijo, un sínodo constituye "una interrupción extraordinaria" a los procedimientos ordinarios".
El "Camino Sinodal" se describe a sí mismo como un proceso que reúne a los obispos de Alemania y a determinados laicos para debatir y aprobar resoluciones sobre la forma en la que se ejerce el poder en la Iglesia, sobre la moralidad sexual, el sacerdocio y el papel de la mujer.
Los participantes han votado a favor de borradores que piden la ordenación sacerdotal de mujeres, bendiciones a parejas homosexuales y cambios en la enseñanza de la Iglesia sobre actos homosexuales, causando acusaciones de herejía y temores de un cisma.
El Cardenal Kasper ha expresado repetidamente su preocupación sobre el evento de varios años, pero el presidente de la conferencia episcopal, Mons. Georg Bätzing, lo ha defendido.
Al finalizar su mensaje, el Cardenal Kasper advirtió que uno no puede "reinventar la Iglesia", sino que se debe contribuir a renovarla en el Espíritu Santo: "renovación no es innovación. No significa solo intentar algo nuevo e inventar una nueva Iglesia".
En vez de eso, dijo el Purpurado, una verdadera reforma se trata de "dejar que el Espíritu de Dios nos haga nuevos y nos dé un nuevo corazón".
Traducido y adaptado por David Ramos. Publicado originalmente en CNA Deutsch.