Este 22 de junio la Iglesia celebra a Santo Tomás Moro (1478-1535), abogado y escritor inglés que destacó por su fidelidad a la Iglesia y su defensa del matrimonio religioso.
Además de ser un esposo y padre ejemplar, este santo mártir trabajó como político buscando el bien común y promoviendo que los ciudadanos sean respetuosos de la fe católica y de la moral. El solía decir "El hombre no puede ser separado de Dios, ni la política de la moral".
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A continuación, te compartimos 7 datos sobre su vida y obra:
1. Es patrono de los políticos
El 31 de octubre del año 2000, San Juan Pablo II declaró a Santo Tomás Moro patrono de los políticos y los gobernantes.
"Santo Tomás Moro se distinguió por la constante fidelidad a las autoridades y a las instituciones legítimas, precisamente porque en las mismas quería servir no al poder, sino al supremo ideal de la justicia. Su vida nos enseña que el gobierno es, antes que nada, ejercicio de virtudes", destacó entonces el Santo Padre.
2. Fue un padre y esposo ejemplar
Estuvo casado con Jane Colt, con quien tuvo cuatro hijos: un hombre y tres mujeres. Luego de quedar viudo, se casó por segunda vez con Alice Middleton, quien era viuda y tenía una hija.
San Juan Pablo II indicó que el santo "asistía diariamente a Misa en la iglesia parroquial" y que "fue durante toda su vida un marido y un padre cariñoso y fiel, profundamente comprometido en la educación religiosa, moral e intelectual de sus hijos".
"Su casa acogía yernos, nueras y nietos y estaba abierta a muchos jóvenes amigos en busca de la verdad o de la propia vocación. La vida de familia permitía, además, largo tiempo para la oración común y la 'lectio divina', así como para sanas formas de recreo hogareño", agregó.
3. Fue un férreo defensor del matrimonio
Santo Tomás Moro destacó por defender con su vida la indisolubilidad del matrimonio, pues ocupando el cargo de canciller de Enrique VIII, rey de Inglaterra, se enfrentó a la corona al negarse a firmar el Acta de Sucesión y Supremacía.
Los que firmaban ese documento aceptaban la decisión del monarca de separarse de la Iglesia Católica para divorciarse de su esposa y contraer nuevas nupcias, y además lo reconocían como jefe supremo de la Iglesia anglicana, en reemplazo del Papa.
Dado que esta decisión iba en contra de la Iglesia Católica y de la naturaleza intrínseca del sacramento del matrimonio, el santo intentó disuadirlo, pero como no lo consiguió, renunció a todos sus cargos. Luego fue por ello encarcelado y condenado a muerte.
4. Destacó en la literatura universal
Santo Tomás Moro, amigo de Erasmo de Rotterdam y Luis Vives, personajes ilustres de la cultura renacentista, publicó en 1516 la famosa obra de la literatura universal "Utopía", una aguda crítica a los males sociales de su época.
La obra, considerada fundamental en la historia del pensamiento occidental por su riqueza filosófica, política y teológica, llamó la atención del monarca inglés, Enrique VIII, quien lo convocó a ser parte de la administración pública.
5. Rezaba a Dios para tener sentido del humor
Entre los muchos de sus escritos, existe una oración que Santo Tomás Moro escribió y con la que le pedía a Dios tener buen ánimo.
"Dame, Señor, el sentido del humor. Concédeme la gracia de comprender las bromas, para que conozca en la vida un poco de alegría y pueda comunicársela a los demás", solía rezar.
6. Escribió obras en prisión
Durante los 14 meses que pasó encarcelado, el santo preparó varios escritos que en suma dan testimonio de "la fidelidad de un ser humano a su conciencia, a la verdad y a sus principios".
Además de sus cartas, una "Instrucción para recibir el cuerpo de Cristo" y varias oraciones, el santo redactó dos importantes obras: "Un diálogo de la fortaleza contra la tribulación" y la obra inconclusa "La agonía de Cristo".
7. Murió decapitado
Santo Tomás Moro fue decapitado y partió a la Casa del Padre como mártir el 6 de julio de 1535, tras oponerse a la ruptura con la Iglesia Católica.
En el patíbulo, antes de ser ejecutado, el santo dijo ante la multitud: "Muero como buen servidor del rey, pero primero servidor de Dios".
El 19 de mayo de 1935, el Papa Pío XI canonizó a Santo Tomás Moro y al Obispo San Juan Fisher, quien lo había apoyado en su lucha por la defensa de la indisolubilidad del matrimonio y quien también murió decapitado pocos días antes que él. Su fiesta litúrgica se celebra cada 22 de junio, junto con San Juan Fisher.