Al concluir el rezo del Ángelus este domingo 12 de junio, el Papa Francisco destacó el ejemplo de diez nuevas beatas religiosas mártires y rezó para que su ejemplo de fidelidad a Cristo nos ayude a todos "a dar testimonio del Evangelio con valentía".
Ante numerosos peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro del Vaticano para la oración mariana, el Santo Padre recordó la reciente beatificación en Polonia de estas religiosas que murieron mártires durante una invasión soviética por defender su castidad.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Ayer, en Breslavia (Polonia), fueron beatificadas Sor Pasqualina Jahn y nueve hermanas mártires de la Congregación de las Hermanas de Santa Isabel, asesinadas al final de la Segunda Guerra Mundial en un contexto hostil a la fe cristiana", dijo el Papa.
La ceremonia se llevó a cabo el 11 de junio en la Catedral de San Juan Bautista en Breslavia y fue presidida por el prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el Card. Marcello Semeraro.
"Estas diez religiosas, a pesar de ser conscientes del peligro que corrían, permanecieron cerca de los ancianos y enfermos a los que cuidaban. Que su ejemplo de fidelidad a Cristo nos ayude a todos, especialmente a los cristianos perseguidos en distintas partes del mundo, a dar testimonio del Evangelio con valentía", indicó el Papa quien pidió "¡un aplauso para las nuevas Beatas!".
Beatificación en Polonia
Durante la Misa, el Cardenal Semeraro reconoció el martirio de estas mujeres en odio a la fe ocurrido en 1945 y pronunció el nombre de las diez nuevas beatas añadiendo una frase a cada una de ellas: Paschalis Jahn, "con el corazón lleno de amor"; Melusja Rybka, "mujer fuerte"; Edelburgis Kubitzki, "ejemplo de pobreza evangélica"; Adela Schramm, "virgen prudente"; Acutina Goldberg, "amante de la justicia"; Adelheidis Töpfer, "modelo de fe"; Felicitas Ellmerer, "obediente hasta el final"; Sabina Thienel, "con la mirada llena de confianza"; Rosaria Schilling, "fortalecida por la penitencia"; y Sapientia Heymann, "virgen sabia".
Además del martirio, el enviado papal señaló que toda la vida de estas mujeres fue "un verdadero don de sí mismas al servicio de los enfermos, los pequeños, los pobres, los frágiles" y subrayó que su "caridad desinteresada y heroica" que las impulsó a permanecer en Breslavia ante el riesgo de la invasión soviética.
En esta línea, el Cardenal Semeraro resaltó la riqueza espiritual de las nuevas beatas y la enseñanza para el momento actual: "su martirio nos hace pensar en las circunstancias que vivimos hoy, en la Europa del Siglo XXI. Son circunstancias en las que, ante escenas de violencia perpetrada, de crueldad feroz, de odio injustificado, sentimos la necesidad de alimentar el deseo de paz y la construcción de la concordia con gestos de caridad, apertura, acogida y hospitalidad", indicó el Purpurado.
"La paz se construye con gestos concretos de caridad desinteresada, se sirve con dedicación y fidelidad cuando se nos pide que cuidemos de los demás. Esta es la respuesta concreta que, junto a la oración, cada uno de nosotros puede ofrecer ante tanta crueldad, barbarie e injusticia, de la que somos testigos. En esto las nuevas beatas son un gran ejemplo para nosotros", concluyó el enviado papal.