El prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el Card. Marcello Semeraro, beatificó este 11 de junio a diez religiosas polacas mártires.

La ceremonia se llevó a cabo en la Catedral de San Juan Bautista en Breslavia, Polonia a las 11:00 a.m. (hora local).

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En su homilía, el Cardenal Semeraro, como enviado papal, reconoció el martirio de estas mujeres en odio a la fe ocurrido en 1945 durante una invasión del ejército soviético quienes murieron por defender su castidad.

 

 

El Purpurado recordó el nombre de las diez nuevas beatas y a cada una de ella añadió una frase: Paschalis Jahn, "con el corazón lleno de amor"; Melusja Rybka, "mujer fuerte"; Edelburgis Kubitzki, "ejemplo de pobreza evangélica"; Adela Schramm, "virgen prudente"; Acutina Goldberg, "amante de la justicia"; Adelheidis Töpfer, "modelo de fe"; Felicitas Ellmerer, "obediente hasta el final"; Sabina Thienel, "con la mirada llena de confianza"; Rosaria Schilling, "fortalecida por la penitencia"; y Sapientia Heymann, "virgen sabia".

Luego, el Cardenal destacó que "el testimonio de las nuevas beatas es una palabra de amor, un signo de caridad, de entrega total al Esposo celestial" y recordó la frase que afirmó una de ellas antes de morir: "Soy de Cristo, Él es mi Esposo".

Además del martirio, el enviado papal señaló que toda la vida de estas mujeres fue "un verdadero don de sí mismas al servicio de los enfermos, los pequeños, los pobres, los frágiles" y añadió su "caridad desinteresada y heroica" que las impulsó a permanecer en Breslavia ante el riesgo de la invasión soviética.

En esta línea, el Cardenal Semeraro subrayó la enseñanza de la riqueza espiritual de las nuevas beatas y la enseñanza para el momento actual.

"Su martirio nos hace pensar en las circunstancias que vivimos hoy, en la Europa del Siglo XXI. Son circunstancias en las que, ante escenas de violencia perpetrada, de crueldad feroz, de odio injustificado, sentimos la necesidad de alimentar el deseo de paz y la construcción de la concordia con gestos de caridad, apertura, acogida y hospitalidad", indicó el Purpurado.

En esta línea, el prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos recordó las palabras de agradecimiento que el Papa Francisco ha expresado en varias ocasiones al pueblo polaco.

Una de ellas, el miércoles de ceniza, durante la Audiencia General cuando el Papa agradeció especialmente al pueblo polaco que está recibiendo con generosidad a los miles de refugiados procedentes de Ucrania y resaltó que Polonia ha sido el primer país "en apoyar a Ucrania, abriendo sus fronteras, sus corazones y las puertas de sus hogares a los ucranianos que huían de la guerra".

"Están ofreciendo generosamente todo lo que necesitan para vivir con dignidad, a pesar del drama del momento. Les estoy profundamente agradecido y les bendigo con todo mi corazón", afirmó entonces el Papa.

"La paz se construye con gestos concretos de caridad desinteresada, se sirve con dedicación y fidelidad cuando se nos pide que cuidemos de los demás. Esta es la respuesta concreta que, junto a la oración, cada uno de nosotros puede ofrecer ante tanta crueldad, barbarie e injusticia, de la que somos testigos. En esto las nuevas beatas son un gran ejemplo para nosotros", concluyó el Purpurado.