Mons. Gustavo García-Siller, Arzobispo de San Antonio en Texas (Estados Unidos), aseguró que en la localidad de Uvalde la comunidad sigue luchando contra las secuelas de la masacre ocurrida el pasado 24 de mayo.
"Uvalde sigue luchando contra la secuelas. Hoy vi dolor, ira, cansancio, también un deseo de cerrar algo que no se puede cerrar", escribió el Prelado en su cuenta de Twitter.
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"Muchos esfuerzos de la gran comunidad y de los líderes religiosos que hacen el bien en toda la ciudad. Directores y maestros a quienes reconocemos su trabajo", agregó.
Salvador Ramos, de 18 años, ingresó con un fusil semiautomático la tarde del 24 de mayo a la escuela primaria Robb Elementary School en Uvalde, una pequeña ciudad con unos 15 mil habitantes, el 80% de los cuales son hispanos.
Ramos mató a al menos 19 niños y dos maestras, hiriendo a varios más, antes de ser abatido por las autoridades.
La masacre conmocionó a Uvalde, Estados Unidos y a la comunidad internacional, por su gravedad y por el hecho de que la gran mayoría de las víctimas fueron niños de una escuela primaria.
Miah Cerrillo, una niña de 11 años que sobrevivió a la masacre, narró a CNN cómo fue la masacre ese día y cómo logró evitar que Ramos le disparara.
Después de disparar en una clase contigua, el asesino volvió a la clase de Miah y ella tomó sangre de otro niño que ya había fallecido y que estaba a su lado, se cubrió el cuerpo con ella y se hizo la muerta.
Mons. García-Siller también dijo en Twitter que está "rezando por las almas de los fallecidos, dándoles cristiana sepultura como una obra de misericordia".
"Otro funeral, otra obra de misericordia", agregó, refiriéndose al último adiós a Eva Mireles, una de las dos maestras asesinadas en la masacre.
"Nos unimos a su familia, amigos y colegas en la celebración de la Eucaristía. Que el Espíritu Santo Consolador esté con todos ellos", concluyó el Arzobispo de San Antonio.